Don Leonel Piñar tiene el alma destrozada, debido a la ausencia de su esposa, Carmen García, de 55 años, quien falleció en un accidente de tránsito cuando se bajaba de un bus que fue chocado por un tráiler.
Han pasado tres semanas desde que a este esposo y su familia les cambió la vida, según don Leonel, no hay día en que no la extrañen.
“Mi esposa y yo teníamos ocho años de estar juntos, ella era una mujer muy amorosa. Yo tengo dos hijos y ella tres, ya todos son adultos, pero sus hijos eran míos y los míos eran de ella. Ella se encargó de construir una familia de bases fuertes, felices y unidos, pero ha sido muy duro porque este dolor y esta ausencia no se la deseo a nadie”, dijo el vecino de Cebadilla de Orotina.
Don Leonel asegura que su esposa pasaba pendiente de él y él de ella, hablaban durante el día constantemente para saber si estaban bien, si él había comido o si ella se había tomado las medicinas, pero ahora esas llamadas y esos mensajes son algo que este esposo añora.
Doña Carmen trabajaba como asistente de cocina en un restaurante llamado El Maná, en la salida a Limonal y por eso era muy conocida y querida en la comunidad, donde aún hay mucha tristeza por su trágica partida.
El día del accidente, el miércoles 1 de mayo, ella regresaba de su trabajo cuando ocurrió la tragedia en Cebadilla de Orotina, por la entrada hacia Jacó, sobre la carretera Costanera Sur, conocida como la ruta 27, en sentido San José a Puntarenas.
Su esposo nos contó que ella venía con un chofer de bus que es conocido de la familia y que cuando ella se iba a bajar por la parte trasera del chunche, un tráiler lo chocó por detrás en ese preciso momento, por lo que el golpazo acabó con la vida de doña Carmen.
“Ella, según los testigos, apenas puso un pie en la calle cuando la desgracia ocurrió, y vea cómo es la vida que siempre la iba a recoger, pero un día antes el carro se varó”, recordó Piñar.
Lo más curioso, es que en el mismo lugar donde doña Carmen falleció, un domingo antes, su hijo fue golpeado por el chofer de un carro cuando se bajaba de una moto. Por razones que se desconocen, el chofer del auto se tiró a la orilla de la calle e impactó a uno de los hijos de la señora en una pierna.
El hijo de doña Carmen, según contó su esposo, ha estado muy malito en el Hospital Monseñor Sanabria en Puntarenas, ya que le han operado varias veces la pierna.
“El día del accidente mi esposa se quedó más tarde en el trabajo, porque ella iba a ir a ver al hijo, pero en eso le avisó que unos amigos iban a ir a verlo, entonces ella decidió que iría al día siguiente, pero ya la había dejado el bus y tenía que esperar el de las cuatro de la tarde, y así fue. Su hijo sigue en el hospital y ni siquiera pudo despedir a su madre, podría estar hasta mes y medio más internado”, dijo don Leonel.
Incluso el esposo de doña Carmen asegura que le ha tocado viajar con el chofer del accidente y han conversado sobre el tema, porque él se siente muy mal por lo ocurrido.
“Mi esposa era de regalarles comidita a los choferes de los buses, la apreciaban mucho, él está muy dolido porque le achacan lo que pasó, lo culpan, pero yo le digo que son decisiones de Dios. Además, nosotros averiguamos con el CTP, porque decían que ahí no hay parada y ellos ya nos confirmaron que esa es la parada número 100 de Cebadilla, lo que ocurrió fue una imprudencia del trailero”, dijo.
“Los testigos dicen que fue una falta grave del trailero porque había buen campo para que pasará y se tiró para pasar el bus, yo no sé qué pasó, si fue el celular o si se durmió, pero ya se está investigando porque queremos llegar a las últimas consecuencias legales, no por sacar dinero, sino para que se cumpla la ley”, dijo.
Flechados por Facebook
Don Leonel asegura que el amor en redes sociales sí es posible, pues él conoció a su esposa por medio de Facebook y luego un día programaron verse en Puntarenas y quedaron flechados, desde ese día solo la fatalidad pudo separarlos.
“Mi esposa era una mujer única, especial, no hay una mujer como ella, nunca se enojaba, aunque alguien le hiciera algo, ella tenía un corazón noble, yo soy más duro de carácter. Yo la admiraba, ella fue mamá y papá para sus hijos, crío a hijos muy especiales, maravillosos, educados y cariñosos como ella”, dijo el esposo.
Doña Carmen también era una hija preocupada por su madre. Los vecinos también la querían mucho y gracias a eso él asegura que se ha ganado su aprecio.
“La felicidad de nosotros era que los hijos vinieran, porque ella les daba amor parejo a todos, estos hijos míos y los de ella, al final para mí todos son mis hijos, son mi apoyo y mi fuerza en este momento, todos se preocupan y están pendientes de mí”, dijo.
Estos esposos tenían el sueño de construir unas cabinas al frente de su casita y poco antes del accidente estaban por irse de vacaciones a un hotel de playa, pero querían esperar a que el hijo de Carmen saliera del hospital para estar más tranquilos.
Don Leonel nos contó que en su casa tiene las cenizas de su esposa y una foto de ella, lo cual le ayuda a sentirla más cerquita.