Geiner Zamora Hidalgo, el subjefe del OIJ de Guápiles que fue asesinado, estaba muy preocupado por la situación criminal del país, por eso se esforzaba tanto pese al cansancio que enfrentaba diariamente.
“La Policía hace días viene informando que el crimen está avisando que las cabezas de los policías van a rodar y las instituciones del Gobierno que pueden hacer algo fueron muy pasivas, como que no vieron la peligrosidad del asunto, ahora Geiner tiene que morir”, mencionó Susana.
Así lo aseguro Susana Lazo, esposa de Zamora, en una llamada con La Teja.
“Era un apasionado de lo que hacía, se desvivía por su trabajo, a veces apenas llegaba a cambiarse y bañarse, ni a dormir, por seguir trabajando.
“Hasta que no resolviera un caso de manera positiva y sacara a la gente de circulación, no descansaba, era un líder que inyectaba a los demás.
“Lo que quería era seguir avanzando, seguir escalando en su profesión para que sus compañeros se inyectaran en la profesión, no le tenía miedo a la maldad, siempre decía que los buenos son los que tienen que ganar”, recordó la esposa.
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En este mes de febrero, la pareja iba a cumplir ocho años de casada, ellos son papás de una niña y, justamente, por el amor a su pequeñita, era que él se esforzaba para un futuro más seguro.
“Amaba a su hija sobre todas las cosas y la protegía demasiado por lo mismo, porque estaba muy preocupado por la situación que está enfrentando el país y se esperaban muchos cambios.
Geiner tenía 15 años de servicio como investigador judicial, sí había recibido amenazas de muerte por cumplir con su profesión, pese a esto se esforzaba por devolverle la paz a las familias costarricenses.