Un empresario, de apellido Chaves, de 49 años, al que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) lo relaciona por, supuestamente, ordenar los asesinatos de dos de sus trabajadores, habría simulado ser amigo de ambos y hasta comido con sus respectivas familias.
Jendri Francisco Cortés Mora, de 43 años, y Alexander Javier Bent Sandoval, de 39, son las dos víctimas de esta situación. Sus cuerpos fueron hallados carbonizados dentro de un carro en San Diego de Pocosol, zona norte del país, el pasado 24 de febrero; sin embargo, hasta la primera semana de julio, las autoridades judiciales confirmaron que se trataba de ellos.
Las familias de Cortés y de Bent no pudieron realizar un funeral digno, ya que tardaron más de cuatro meses para confirmarles que los cuerpos hallados eran los de ellos, aunque los parientes siempre supieron que se trataba de ellos, pues nunca más volvieron a tener comunicación desde su desaparición.
Según sus familiares, Cortés y Bent eran buenas personas, no se les conocían problemas y sus muertes se debieron, al parecer, por un supuesto problema de dinero, ya que Chaves les adeudaba el pago por un trabajo que realizaron en el aserradero propiedad de este
Las autoridades judiciales afirman que Chaves, en apariencia, contrató a dos personas de apellidos Villabobos y Sevilla para matar a sus empleados, a quienes la Fiscalía Adjunta de San Carlos les fijó seis meses de prisión preventiva.
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“Se trataba de dos personas que trabajaban bajo las órdenes de un empresario local de apellido Chaves, él tiene varios negocios, entre estos un aserradero y en apariencia tenía una diferencia con estas dos personas que le estaban cobrando un dinero producto de la relación laboral, por lo que él decide contratar a estas personas, en apariencia, para que solucionaran la situación, siendo que ese 24 de febrero se encuentra un vehículo quemado con dos cuerpos calcinados que eran estas dos personas trabajadoras”, afirmó Randall Zúñiga, director del OIJ, cuando capturaron al empresario, el pasado miércoles 3 de julio.
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Esposa de trabajador asesinado no ha dejado de llorar
Jendri era padre de dos niños de siete y tres años, vivía con la mamá de los pequeños, quien prefirió mantener el anonimato.
La esposa de Jendri conversó con La Teja y en medio de su dolor causado por la ausencia de su marido, no podía creer que el hombre que creían era amigo de la familia sea uno de los principales sospechosos del homicidio de Jendri.
“Ese señor era amigo de él, yo lo conozco, cuando supe la noticia lloré toda la tarde porque hace quince días estuve hablando con él y me preguntó: ‘¿cuándo hacía budín?’, yo hacía budín para que ellos llegaran a tomar café a mi casa. Él se sentó en la mesa con nosotros, con mi familia. Nosotros íbamos a la casa de él para compartir con la familia de él, su esposa y sus hijos.
“Y hace quince días me dijo: ‘¿cuándo me trae budín?, ¿dónde está viviendo usted?’. Siempre me preguntaba eso, por qué razón, no lo sé. Nunca en ningún momento me preguntó por mi marido, incluso el día que mi esposo desapareció, el 24 de febrero que yo no encontraba con quién hablar o dónde buscar, le escribí a él (a Chaves) preguntándole si él estaba en Santa Rosa de Pocosol, porque mi esposo no me contestaba, como era amigo lo busqué y solo me dijo: ‘no, estoy largo’”, recordó la esposa de la víctima.
La muchacha, aunque cuenta con el apoyo de su familia ha tenido que enfrentar este dolor y hacerse cargo de sus hijos sin la compañía de su esposo, quien siempre estuvo atento a sus necesidades, por lo que ha recurrido a hacer rifas para salir adelante, incluso acudió al “amigo” de la familia pidiéndole que le comprara algunos números.
A la esposa le extrañó que el empresario nunca le preguntara por su esposo, pues en ese momento todavía esperaban los resultados del OIJ. Además, ella afirmó que Chaves tampoco le dio las condolencias durante todo ese tiempo.
“¡Nunca me preguntó por Jen, a pesar de que era su amigo! Todos los amigos de mi marido me han escrito y siempre me pareció raro que él nunca me hubiera preguntado, pero pensaba que seguro no lo hacía para no pasarme ese dolor.
“Hace quince días hice una rifa y le escribí: ‘cómpreme números, estoy haciendo un rifita de esto’. Me dijo: ‘sí claro, con mucho gusto, pero ¿cómo hacemos para darle la plata?, ¿usted en dónde está?’, por lo que le dije que me pagara por Sinpe al mismo número”, recordó la esposa.
El dolor por la ausencia de su esposo, no se aparta de esta mujer, quien no puede creer que semejante maldad haya alcanzado a su marido, a quien describe como un hombre de bien, de familia y muy trabajador.