Cada vez que lee una noticia sobre un chancero baleado o asesinado por un asaltante, a doña Zahyra Fernández se le hace un puño el corazón, pues de inmediato recuerda a su amado esposo Gerardo Barboza Solano, quien murió a manos de dos desalmados.
El crimen ocurrió el 12 de diciembre de 2017 en Oreamuno de Cartago, en plena venta del gordito navideño, y hasta el momento los asesinos no han sido detenidos.
Este triste recuerdo volvió a la mente de Fernández luego de enterarse que el chancero Carlos Amador Ovares, de 61 años, falleció este lunes en el hospital Calderón Guardia tras ser herido en un intento de asalto.
Amador fue baleado el pasado lunes, cuando dos sujetos intentaron quitarle la lotería que tenía en su punto de venta, en las inmediaciones del Gold’s Gym en Guayabos de Curridabat.
Sin sospechosos |
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El OIJ sospecha que los asesinos de Carlos Amador serían dos hombres que se le acercaron y huyeron en moto, pero de momento no los han detenido. Los agentes están revisando las cámaras de seguridad del lugar y buscando testigos para identificar a los sujetos. |
“Uno lo revive, uno dice: “¡Ay Dios! ¿Por qué otra familia más?”. Yo me pongo en el pellejo de esa familia y pienso en todo lo que he sufrido. Yo le pido a Dios que les dé fortaleza, porque uno lo ha vivido en carne propia y no quisiera que alguien más tuviera que pasar por eso”, dijo Fernández.
Lo que más le preocupa a doña Zahyra es que la familia de Amador tenga que esperar tanto tiempo como ella para que se haga justicia, pues en pocos días se cumplirán dos años del homicidio de su esposo y hasta el momento las autoridades no tienen ni un solo sospechoso.
“Usted no tiene idea el sentimiento que tenemos, de saber que ya van a ser tres navidades que pasamos sin él, y eso de saber que ellos andan ahí en la calle tan tranquilos es lo peor.
“El dolor va disminuyendo un poco, pero los recuerdos siempre están ahí, la ausencia de él no se olvida, me hace demasiada falta, ahora que vienen los tamales y todo esto, es un sufrimiento para mí”, continuó.
Abandonados
Doña Zahyra dice que se sienten abandonados por las autoridades, pues en casi dos años de investigación no ha habido ni un solo avance importante, parece como que todo se ha quedado en el olvido.
“La verdad yo siento que la investigadora dejó pasar todas las pruebas, lo poquito que ella hizo fue con las pruebas que nosotros le llevamos”, dijo.
Fernández contó que, gracias a varias personas, se enteraron de la identidad de los supuestos asesinos y que incluso esa información se la dieron a la investigadora a cargo; sin embargo, ella le dijo que necesitaba más pruebas para amarrar el caso.
“Todas esas informaciones se las llevamos a la investigadora y no pasó nada. Ahora dígame, a dos años de eso, dónde van a encontrar la moto, los cascos y las tenis blancas que uno de ellos andaba”, destacó.
La esposa del chancero dijo que lo único que ella pide es que el OIJ no deje el caso botado, que encuentre a los responsables y haga justicia en nombre de su esposo, que era un hombre honrado que no le hacia daño a nadie.
No más lotería
Don Gerardo tenía más de dos años de trabajar como chancero, por lo que era muy usual que en su casa se hablara bastante sobre cosas relacionadas a la lotería y a los números ganadores; sin embargo, todo eso cambió desde su muerte.
“Aquí ya la lotería nunca se volvió a ver ni a mencionar, usted me pregunta cuál salió el martes y ni idea”, dijo Fernández.
Doña Zahyra mencionó que cuando anda caminando por Cartago ve a su esposo reflejado en el rostro de todos los vendedores de lotería, por lo que siempre anda pidiéndole a Dios que los proteja y los libre de todo mal, pues sabe que son muchos los desalmados que andan detrás de ellos.
“A los chanceros les digo que tengan malicia, mi esposo nunca la tuvo, les pido que si ven una moto medio rara que se avispen, que estén siempre alerta”, concluyó.