Como en una pesadilla de la que desearía poder despertar, así es como se siente Moraima Coronado tras la trágica muerte de su esposo, Juan Carlos Coronado, un conocido buzo y pescador de Santa Cruz de Guanacaste, quien falleció haciendo lo que más amaba: pescar con arbaleta.
“Es algo muy doloroso, me ha pegado mucho porque yo siento que esto no es verdad, siento que él anda buceando y que va a regresar por la noche, pero tengo que acostumbrarme a que no es así, a que ya se me fue para siempre y no va a volver”, dijo.
La tragedia ocurrió el pasado domingo 1º de mayo, cuando Juan Carlos estaba buceando en playa Brasilito, en Santa Cruz. Al parecer, fue arrastrado a lo profundo del mar por un enorme pez mero que trataba de pescar.
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Amigos y conocidos de Coronado lo buscaron durante todo ese domingo, pero su cuerpo fue encontrado hasta la mañana del lunes 2 de mayo por una lancha particular que colaboraba en la búsqueda.
“Él fue una persona muy luchadora, un buen amigo, un gran jefe de familia. Aunque pasábamos momentos difíciles, nunca nos acostamos con hambre, siempre luchó por nosotros.
“Creo que no solo yo lo recuerdo así, también todos sus amigos, porque él era una persona muy querida en playa Brasilito”, contó Moraima.
“Me quedan muy bonitos recuerdos de él, porque siempre luchó por nosotros”, dijo Moraima Coronado, esposa de Juan Carlos.
Como ninguno
La pasión que Juan Carlos sentía por el mar inició desde que era un niño, pues a muy corta edad empezó a pescar. Con el pasar de los años se ganó la reputación de ser uno de los mejores buzos de la zona.
“Él era muy bueno en lo que hacía, porque él buceaba a pulmón, no usaba ningún tipo de tanque (de oxigeno), ni nada de eso, solo buceaba con la arbaleta (es un instrumento de pesca submarina con el que se dispara un arpón), tenía muy buena condición”.
Andy Ferreto, amigo de Juan Carlos, contó que Coronado se hizo mucho más conocido en agosto del 2021, porque pescó un pez mero de 200 kilos y de más de dos metros de largo.
“Él se hizo famoso con aquel pez mero y todas las personas que lo conocían le decían que no había otro buzo tan carga como él, era inigualable la forma en la que pescaba. Él fue una de las personas que me enseñó a bucear, fue mi maestro”, recordó.
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En cuanto a la muerte de su querido amigo, Ferrero dijo que aún no saben con claridad qué fue lo que pasó, la única versión que ha trascendido es que falleció ahogado cuando luchaba con un enorme pez que quería sacar del mar.
“Era una persona que siempre tenía una sonrisa imborrable, cuando estábamos en el mar me decía: ‘Aquí yo me siento feliz, este es mi lugar’, siempre fue una persona muy amigable y social, era un poco de todo”, añadió Ferrero.
Juntos en el mar
Moraima dijo que ella conocía a Juan Carlos de toda la vida, pues ambos se criaron en esa zona y ya tenían 14 años de ser pareja, tiempo en el que se volvieron inseparables.
“Salíamos a pescar juntos porque nosotros nos ganábamos la vida de esa forma, él en su pesca submarina y yo en lo que era la pesca con cuerda.
“Voy a extrañar la compañía de él, a veces amanecíamos pescando juntos y ahora se me hace muy difícil sin él”, dijo.
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En medio del gran dolor que siente Moraima, encuentra consuelo en todos los momentos bonitos que vivió con su amado, especialmente aquellos que pasaron juntos en el mar.
“Algo que siempre le voy a admirar es la humildad que él tenía, son pocas las personas tan humildes como él”, añadió.
Los familiares y seres queridos de Juan Carlos le dieron el último adiós el pasado jueves 5 de mayo, el buzo fue sepultado en el cementerio de Huacas de Santa Cruz, en Guanacaste.