Joanna Quirós Chacón, de 40 años, se convirtió en la víctima más reciente de la violencia contra la mujer en Costa Rica.
Murió en manos de un hombre a quien consideraba un amigo y, de acuerdo con las autoridades, es el femicidio número 11 que ha ocurrido en los primeros tres meses del 2025.
Una llamada se convirtió en el peor momento imaginable para la mamá de ella; fue la propia Fiscalía la que le informó a doña María Alexandra Chacón que su hija había sido víctima de una tragedia y estaba muerta.
El momento fue desgarrador, pero no había forma de comunicarle la triste noticia de otra manera.
Joanna era oriunda del Valle Central; sin embargo, durante mucho tiempo vivió en Puntarenas y tenía apenas cuatro meses de haber regresado a la capital. Alquilaba un cuarto en el centro de San José.
Xiomara Quirós, tía de Joanna, le detalló a La Teja que esto ha sido la peor situación que ha enfrentado la familia.
“Cuando una persona está enferma, la familia sabe que pronto se va a morir y se la va entregando a Dios, poco a poco. Cuando alguien muere de pronto por un accidente es muy duro, porque nadie lo espera, pero cuando asesinan a un pariente es una de las cosas más feas que uno puede enfrentar.
“Tuve 23 sobrinos, ahora son 22, y el caso de Joanna me tiene consternada, me ha costado asimilar esto y creo que es lo más terrible que me ha pasado en la vida”, manifestó la tía.
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Joanna fue hallada sin vida el domingo 2 de marzo anterior en una cuartería en San José centro.
“Llaman a la mamá y alguien de la Fiscalía le pregunta que si ella ha visto a Joanna. Ella (doña María Alexandra) le responde que la había visto hace unos días y entonces la persona le dice que Joanna había tenido un problema... y que la habían asesinado.
“Ellos trataron de apaciguar la forma en que se lo dijeron, pero le tenían que decir. Ella le comunica a mi hermano (papá de Joanna), y él y yo nos vamos a la Fiscalía. Allí nos dicen que habían tenido un problema con un amigo de ella y nosotros preguntábamos, ¿cómo saben ustedes que es ella? Entonces nos responden que por las huellas y me imagino que tienen de todos los ciudadanos de Costa Rica”, manifestó la tía.
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Joanna estaba llena de ilusiones y esto es lo que más le duele a la familia, saber que ella tenía deseos de vivir y de pronto le arrebataron su vida.
“Nuestra familia se sume en la tristeza que deja la impotencia, el dolor, y la incapacidad de detener los femicidios en Costa Rica. Joanna tenía una vida por delante que le fue arrebatada”, expresó la tía de la ofendida.
Víctima de femicidio tenía un espíritu libre e ilusiones
La última vez que Xiomara vio a su sobrina con vida fue una semana antes de que ocurriera la fatalidad, cuando la visitó en Plaza Víquez, San José. Ese día compartieron un desayuno, sin saber que sería la última vez que estarían juntas.
“Ella era jovial, llena de ilusiones y planes para su vida.
“Se caracterizaba por tener un gran corazón, era humilde, a veces limitada (se refiere económicamente) y tenía un espíritu libre, a pesar de las adversidades que le tocó vivir desde pequeña. Era una guerrera que nunca se daba por vencida, siempre viendo el mundo a su modo, encontrando una salida convincente para sí misma”, manifestó su tía.
Los allegados de Joanna recuerdan dos camanances que se le notaban al sonreír, y quieren quedarse con ese recuerdo, en medio del dolor de saber que se las arrebataron para siempre.
“Con todas sus imperfecciones, errores y desaciertos, Joanna era amable, cariñosa y dada en ayudar. En medio de sus depresiones y silencios, nos regalaba una sonrisa inconfundible, porque poseía la magia de hacer reír.
“Tenía una inocencia que la hacía creer en los demás, y que todos eran buenos amigos”, concluyó la tía.
Joanna fue cremada y este viernes 7 de marzo a sus familiares les entregaron las cenizas.
El sospechoso del femicidio de esta mujer, es un sujeto de apellidos Vergara Suárez, quien descuenta tres meses de prisión preventiva. Supuestamente, él era “amigo” de la víctima.
El caso lo investiga la Fiscalía Adjunta de Género, bajo el expediente 25-000352-0053-PE.
Ella murió asfixiada, luego de una discusión con el sospechoso.
El artículo 21 bis de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres establece que se trata de femicidio cuando el sospechoso aprovecha una relación o vínculo de confianza, amistad, de parentesco, de autoridad o de una relación de poder que tuviera con la mujer.