Aunque su casita no resultó afectada por el deslizamiento en Bajo El Cacao de Atenas, ya que vive al otro lado de la calle, doña Vilma Juárez también fue golpeada por esta tragedia, pues perdió a una tía y dos primitas, quienes aún la siguen visitando en sus sueños.
El solo hecho de recordar ese terrible día, en el cual 14 personas perdieron la vida, hizo que un par de lágrimas bajaran por las mejillas de doña Vilma, quien dijo que el tiempo aún no ha logrado sanar la herida que causó ese deslizamiento.
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Sentada junto a su esposo, Jorge Solano, en el sillón que esta al frente de su casa, doña Vilma contó que esa madrugada pensaron que estaba temblando, pues su casa se movía de lado a lado, pero cuando salieron se dieron cuenta de que se trataba de algo mucho peor.
“Oímos como un estruendo horrible y de inmediato se fue la luz, nos asomamos por la ventana y nada más vimos el chispero de los cables, vimos los palos y la tierra que iba arrasando con las casas. Yo me quedé sentada en el corredor agarrada de mi esposo”, contó doña Vilma.
La peor noticia que recibió ese día fue que la avalancha de lodo acabó con la vida de sus dos primitas: Deborah y Sara Ovares Agüero, de 10 y 16 años, respectivamente, quienes murieron junto a su tía, María de los Ángeles Agüero Corella, de 36 años.
“Recuerdo que los chiquillos (nietos) corrieron para buscarlas, pero nada que las encontraban, hasta que después las encontraron ahí por la carretera, debajo de un poco de cemento”, recordó tristeza.
Saludo interminable
Diez años después de la tragedia, doña Vilma aún piensa mucho en sus queridas primas, quienes la visitaban constantemente cuando venían de la escuela de Fátima de Atenas.
“A veces tengo sueños en donde veo a las chiquillas donde pasan al frente de mi casa saludándome. A veces me preguntó cómo serían ellas ahora, porque ya serían unas muchachas”, dijo.
Juárez dijo que sus nietos también resultaron muy afectados por lo sucedido, incluso, recordó que uno de ellos, que fue compañero de Deborah en la escuela, llegaba llorando todos los días, asegurando que algo muy extraño le pasaba en clases.
“Una de ellas estaba en la escuela de Fátima con uno de mis nietos que se llama Bryan, recuerdo que él iba a la escuela, pero siempre regresaba llorando, pero no nos quería decir nada. Luego nos dijo que era que la chiquita (Deborah) le tocaba las orejas porque ella se sentaba detrás de él y tenía la costumbre de tocarle las orejas con el lápiz, entonces, el seguía sintiendo eso”, contó.
Encontrar la paz
Luego de vivir por más de 30 años en Bajo Cacao de Atenas, doña Vilma y don Jorge están muy cerca de irse de esta comunidad, pues tras muchos años de espera han recibido la oportunidad que tanto anhelaban.
“Dicen que en Río Grande, en Concepción de Atenas, nos van a dar un lote y el bono para una casita, eso nos lo dijeron los de Coopenae, porque mi esposa mandó los papeles y hace como un mes nos dijeron que si había posibilidad”, dijo feliz don Jorge.
Para doña Vilma abandonar la casa que ha sido su hogar por tantos años es una de las decisiones más difíciles, pero dijo que con esto espera encontrar un poquito más de paz, al no ver todos los días el lugar donde perdió a parte de su familia.
Los fallecidos
- Luis Jeffrey Agüero Artavia (26 años)
- Arquímedes Áviles Morales (40 años)
- Dorwin Palacios Rodríguez (32 años)
- Isidro Zelaya (28 años)
- Francisco Zelaya (32 años)
- Luis Áviles Beita (21 años)
- Deborah Ovares Agüero (10 años)
- Sarah Ovares Agüero (16 años)
- Agustín Reyes Calero (25 años)
- Harley Osorio Quintero (22 años)
- Adelina Luz Sibaja Pérez (78 años)
- María Cecilia Barrio Víquez (69 años)
- Epifanio Solórzano Villalobos (55 años)
- María de los Ángeles Agüero Corella (36 años)