En lo que va de este 2020 (hasta este jueves 30 de enero), 119 viviendas se han quemado en el país, lo que quiere decir que 3,9 casas se incendian por día.
Por eso el Cuerpo de Bomberos no ha dejado de hacer llamados de atención para que las familias no pasen por la tristeza de perder sus viviendas o, peor aún, a sus seres amados.
El caso más reciente se dio este jueves a las 10:55 de la noche cuando los rescatistas tuvieron que controlar las llamas en dos viviendas en Patarrá de Desamparados. Una de las casas quedó totalmente destruida por el fuego y la otra sufrió daños en más de la mitad de la estructura. Los paramédicos atendieron a un adulto que sufrió quemaduras de segundo grado.
Ese mismo jueves, pero a las 6:46 de la mañana, ocurrió otro incendio en barrio San José de Alajuela en el que lamentablemente murió una mamá y sus dos bebitas.
Ella logró salvar a sus otros tres hijos (10, 7 y 6 años), pero luego regresó por las más pequeñas y no pudieron salir. Para los bomberos una travesura provocó la desgracia ya que los niños estaban jugando con fósforos en el sillón y eso desató el fuego.
Para que se haga una idea de la gravedad del asunto, una casa se quema completa en tan solo cinco minutos y, según estadísticas de Bomberos, el 86% de los hogares que se incendian no cuentan con seguro, por lo que las familias se quedan sin nada.
Mariana Vindas fue unas de las primeras afectadas este año porque el fuego le quitó su casa por un fogón que quedó mal apagado en Los Guido de Desamparados.
“En minutos perdí todo lo que tenía, a mi hija se le quemaron los útiles, la bici que recibió en Navidad y toda su ropa. Nos quedamos sin casa”, dijo Vindas.
Según Bomberos, San José es la provincia donde atienden más incendios, le siguen Alajuela y Guanacaste.
Entre las principales causas de incendios están: fallas en sistemas y aparatos eléctricos, velas o candelas, colillas de cigarrillos, acumulación de gases o líquidos inflamables, trabajos de corte o soldaduras y niños jugando con fósforos o encendedores.
No es tan cariñoso
El Instituto Nacional de Seguros (INS) ofrece un seguro contra incendios llamado “Hogar Comprensivo” el cual, además de cubrir por fuego, también protege por vientos huracanados, inundaciones, deslizamientos, temblores, terremotos y robo de mobiliario.
La institución reportó que entre el 2018 y el 2019 se dio un aumento en las personas interesadas en adquirir este seguro, ya que 12.400 propiedades fueron aseguradas.
Consultamos a doña Patricia Fallas Zamora, de IBG Correduría de Seguros S.A., que ofrece el que vende el INS, para saber qué tan costoso es poder asegurar la casita.
“La verdad es que este seguro es bastante barato y, además, se trata también de la tranquilidad que puede tener una familia ante un siniestro en el que se van años de esfuerzo. Le cubre no solo el menaje de la casa sino también ante otros eventos de la naturaleza", aseguró Fallas
Nos explicó que para asegurar una casa de cemento valorada en ¢25 millones y ¢5 millones del menaje, se pagan ¢7.015 por mes, además no hay deducible en caso de incendio.
“Las únicas condiciones son que la casa tenga rejas, tapias, llavín de doble paso, esto por si se trata de un robo, además que cumpla con los requisitos en cuanto al sistema eléctrico, que esté entubado, por ejemplo”, dijo la corredora.
El interesado debe pagar la primera mensualidad del seguro al momento de adquirirlo y luego lo puede seguir cancelando en los distintos bancos o por rebajo a las tarjetas de débito o crédito, también por deducción de planilla si el lugar donde trabaja se lo permite.
Shirley Campos y su esposo compraron un seguro de estos en la primera semana de enero, después de un susto que se llevaron.
“Vivimos en Desamparados, nuestra casa tiene solamente una salida. Un día los vecinos salieron de la casa y dejaron la cocina encendida, empezó a salir tal cantidad de humo que el sensor que tenemos en la cochera se activo, yo estaba en mi casa con mi hija y al darnos cuenta llamamos a los bomberos.
"Uno de los vecinos llamó al dueño, forzó el portón, entró y logró apagar el fuego con un extintor, de no ser así no sé cuántas casas se hubieran quemado”, dijo Campos.
Ella asegura que por casi 10 rojos ya tiene su casita segura.
“Nuestra casa es lo único de valor que tenemos, entonces nos daba miedo. A veces ese dinero se gasta en otras cosas menos importantes. Son ¢120 mil colones al año, pero claro, también nos encomendamos a Dios para que nos proteja si se llega a dar un incendio. Ya estamos tomando medidas para hacer otra salida que es muy importante”, dijo la mujer.
Don Héctor Chaves, director de Bomberos, insiste en que las familias deben de tener un plan de evacuación en caso de que el fuego los sorprenda y este debe ser conocido por los miembros más pequeños. Además, se deben colocar sensores de humo que se consiguen desde los ¢8 rojitos.