Marlon Brandon Rivas Membreño, de 19 años, salvó dos vidas antes de morir ahogado junto a su sobrino Darriel Yair Ruiz Jiménez, de 13 años, en playa Caldera, Puntarenas.
Brandon era el nombre que más usaba don Pedro Rivas para llamar a su hijo menor. Pese a todo el dolor, este padre enaltece la última acción en vida de su muchacho, al darse cuenta que salvó a dos personas antes de irse para siempre de este mundo.
La familia es vecina de Concepción Arriba de Alajuelita, San José, y el Sábado Santo salieron cerca de las 5 a.m. para disfrutar de un día de playa.
Don Pedro afirma que a las 6:45 a.m. ya estaban en Caldera y planeaban pasar todo el día y la noche en ese lugar; sin embargo, unos 35 minutos después de haber llegado los alcanzó la fatalidad.
“Ellos estaban jugando bola, antes habíamos tomado café”, recordó el papá de Brandon y abuelo de Darriel.
Asegura que los lugareños les dijeron que a esa hora estaba bajando la marea y las corrientes eran muy fuertes.
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Marlon Brandon, su sobrino Darriel, una muchacha de 23 años y otro adolescente de 13 fueron arrastrados por el mar, todo ocurrió en cuestión de segundos.
“A esa hora no había ningún salvavidas, lanchas ni nada, el agua los arrastró. Brandon con la fuerza que tenía, tiró a dos (a la muchacha de 23 y al joven de 13), pero cuando pretendía ir por el sobrino Darriel es cuando el agua los arrastra a los dos.
“El muchachito de 13 años, amigo de ellos, es quien nos cuenta todo eso, que sintió cómo mi hijo los salvó. Él (Brandon) no quería dejar a Darriel, a su sobrino, pero se fueron los dos. Las cosas sucedieron tan rápido que no vi el cuerpo de Darriel, solo las manos de mi hijo cuando ya estaban muy largo”, recordó don Pedro.
El cuerpo de Brandon apareció el mismo sábado 8 de abril, unas horas después de la fatalidad, este domingo fue velado y al mediodía de este lunes lo despidieron con una misa en la iglesia de Alajuelita y luego lo sepultarán en el cementerio de la localidad.
Brandon trabajaba como ebanista y además le ayudaba al papá a vender en el mercado.
La familia considera que él se despidió de ellos desde días antes de que ocurriera la fatalidad, pues el Jueves Santo, don Pedro cumplió 52 años y su hijo menor pasó junto a él desde ese día, incluso el propio sábado, el día del paseo, viajó junto a sus papás en los asientos delanteros de la buseta de la familia.
“Nunca viajaba conmigo adelante, ese sábado lo hizo y en todo el camino iba conversando, también desde dos días antes pasó muy unido a mí celebrando mi cumpleaños”, recordó el papá.
Darriel será sepultado en el mismo cementerio que su tío; sin embargo, las ceremonias no serán juntas debido a que el cuerpo del adolescente no ha sido entregado.
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