El empresario Héctor Lezama Malavé, de 69 años, murió la tarde de este jueves 29 de julio, pero su legado vivirá por siempre en Turrialba.
Lezama, quien era uno de los dueños del hotel Turrialtico, será recordado como uno de los principales promotores del turismo del cantón. Él murió aplastado por un derrumbe este jueves.
El fatal accidente ocurrió pasadas las 4:50 de la tarde sobre la carretera que comunica Turrialba con Limón (ruta 10), en un lugar conocido como Las Vueltas de Turrialtico, en Pavones de Turrialba.
La trágica muerte de don Héctor --venezolano nacionalizado tico-- fue un golpe muy duro para muchos turrialbeños, pues él se supo ganar el cariño de muchas personas por su gran corazón y por su agradable forma de ser.
Milagro Rowe Arias, vicealcaldesa de Turrialba, es una de esas personas que lamenta la muerte de don Héctor, pues lo conocía desde hace 28 años.
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“A don Héctor lo conocí cuando yo tenía 18 años, porque siendo dueño del hotel él tenía que viajar a San José para hacer los cobros a las agencias de viajes y yo laboraba en una de ellas, ahí nos hicimos amigos.
“Lo recuerdo como una persona de carácter fuerte, directo, pero con un gran corazón”, dijo la vicealcaldesa.
— "Su muerte es un golpe muy duro para todos, especialmente para el sector turismo, no solo de Turrialba sino de todo el país", dijo Milagro Rowe, vicealcaldesa de Turrialba.
Derrumbe cayó en media presa
El derrumbe que acabó con la vida de Lezama ocurrió a dos kilómetros de la finca de él, la cual está en Pavones, sin embargo, se desconoce si el señor se dirigía hacia esa propiedad o hacia el hotel, que también está cerca de esa zona.
Según Roew, el incidente ocurrió cuando don Héctor estaba en una presa de carros.
“Un señor que trabaja para un amigo mío iba en una buseta delante de don Héctor y al ver la caída de material tuvo que mover su buseta, fue en ese momento que cayeron las piedras sobre el carro de don Héctor.
“Él (conductor de la buseta) sabía que era don Héctor (el del carro aplastado), porque desde antes había reconocido el carro. Él fue quien avisó sobre lo sucedido, incluso corrió con una pala para tratar de sacarlo”, detalló la vicealcaldesa.
Lezama murió en el lugar, su cuerpo fue extraído por los cuerpos de emergencia durante la noche del jueves. El Mopt tuvo que enviar maquinaria para ayudar a mover las enormes piedras de hasta cuatro toneladas.
La vicealcaldesa dice que la zona donde ocurrió el derrumbe no era considerada como de riesgo.
“Justamente se habían hecho unos vuelos con drones para identificar zonas afectadas y ese sector nunca fue una zona de riesgo, no habría nada que comprometiera ese lugar”, detalló.
Este viernes el Mopt volvió a enviar maquinaria para retirar los restos del carro de Lezama y quitar las piedras que aún estaban sobre la carretera.
El corazón del Turrialtico
Aunque no precisó la fecha, la vicealcaldesa contó que Lezama llegó a Costa Rica hace más de 30 años, al parecer, por medio de una beca que obtuvo en su país para estudiar ingeniería agrónoma en La Suiza de Turrialba.
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“Él llegó a Costa Rica muy joven y aquí conoció a su esposa, Lucrecia García, cuyos papás fueron los primeros dueños del Turrialtico (primero fue un restaurante).
“Ellos (don Héctor y doña Lucrecia) se casaron y se fueron a vivir a Venezuela, ahí tuvieron tres hijos y después volvieron Turrialba, ahí fue cuando él (Lezama) prácticamente se dedicó a la fundación del hotel”.
La transformación del Turrialtico de restaurante a hotel se dio a partir de 1990, cuando don Héctor decidió aprovechar la llegada de decenas de turistas que deseaban hacer rafting en los ríos Reventazón y Pacuare.
— "Él era el corazón del Turrialtico, porque recuerdo que se sentaba a conversar con los huepesdes para hacerlos sentir como en su propio hogar", dijo Milagro Rowe, vicealcaldesa de Turrialba.
Amante de la naturaleza y la buena comida
Don Héctor, además de ser un empresario que siempre se preocupó por ayudar a los vecinos de Turrialba, especialmente a los más necesitados, también es recordado como amante de la naturaleza y de la buena comida.
“Era un amante de las orquídeas y las plantas, también era un muy buen chef, especialmente a la hora de hacer asados.
“Tenia propia su receta de chile y de cajetas con semillas de macadamia. Era una persona muy jovial, muy alegre y sumamente querido en la comunidad”, dijo Rowe.
La vicealcaldesa contó que en los últimos años Lezama se alejó un poco del manejo del Turrialtico, que quedó a cargo de sus tres hijos, y actualmente se dedicaba a pasar mucho tiempo en su finca, disfrutando de las plantas que lo hacían tan feliz.
— "Don Héctor formó parte de la junta directiva de la Cámara de Turismo de Turrialba por varios años, de hecho fuimos cofundadores en el 2001", dijo Milagro Rowe, vicealcaldesa de Turrialba.