Para Dixiana Rodríguez es imposible no llorar al hablar de su perro Bendi, quien murió por un golpe de calor en el maletero de un bus de la empresa Alfaro (que da servicio entre San José y Guanacaste).
A pesar del dolor, la joven de 17 años no piensa demandar al chofer ni a los dueños del autobús, pero asegura que sí quiere un cambio en la mentalidad de los empresarios a cargo del transporte público y en la Ley de Tránsito, para que ninguna otra persona sufra una perdida similar.
Dicha legislación solo permite que en los buses se suban los animales de asistencia de personas con alguna discapacidad.
“Tal vez de momento se les imposibilita hacer un cambio inmediato, soy consciente de eso, pero los humanos somos revolucionarios y podemos lograr un cambio para que, tanto los dueños y sus mascotas domésticas, vayamos cómodos en un viaje largo, así como lo llegaron hacer en los aviones que ahora permiten que los animales sean llevados con sus dueños”, expresó la jovencita quien cursa el undécimo año de cole.
La tragedia ocurrió este lunes 6 de diciembre, cuando hizo un viaje desde Nosara de Guanacaste hasta Esparza, Puntarenas. Asegura que salió a las 8:30 a.m. y llegó a la 1 p.m., todo ese rato el animalito pasó en el maletero y no le permitieron verlo, pues afirma que el conductor le dijo que era una perdida de tiempo.
“Lo puso en un sitio donde veía que le podía entrar ventilación, pero el chofer siguió echando maletas y me lo empujaron hacia adentro”, recordó.
La joven iba a visitar a su papá y a llevarle flores a su abuelito paterno, quien murió hace tres años.
“Me siento muy mal, esto me afecta mucho, para mí ha sido muy difícil, más de la forma en la que se me fue, porque soy consciente que también tuve culpa por no tomar una mejor decisión, cometí un error enorme, sé que soy culpable también.
“Solo deseaba venir a Esparza a conmemorar la memoria de mi abuelo, llevarle flores al cementerio, pero más bien tuve otra perdida”, aseguró.
Agregó que varias personas la han señalado y hasta tuvo que cerrar las redes sociales debido a la persecución que le han dado, hasta ofendiéndola.
“Me siento un poco agobiada con todo esto, hay muchas personas que me ven de una forma negativa y quizás algunos tienen razón, pero espero que lo que se vea es que esto se puede evitar en un futuro, mejorando el transporte de los animales.
“Yo amaba a mi perro de una forma incondicional y aún así tomé una mala decisión y permití transportarlo de esta forma, ahora tengo un dolor muy inmenso”, dijo.
Esta no era la primera vez que llevaba a Bendi en bus, pero en otras ocasiones sí le habían permitido verlo o el día no había estado tan caluroso.
Regalo de 15 años
El peludito era un pug, Dixiana lo quería como un hijo y justamente por esa razón lo andaba para todo lado.
“Bendi llegó a mí cuando cumplí los 15 años, fue un regalo que me hizo mi papá, era un cachorro cuando nos conocimos, él tenía dos años y medio de edad, ese era el mismo tiempo que estuvo conmigo.
“Era muy apegado conmigo, en una ocasión vine a pasear a Esparza y lo dejé al cuido de un familiar, pero dejó de comer, tuve que devolverme por lo mismo, este fue otro motivo que me impulsó a traerlo, fue el mejor regalo que he recibido, era de lo más valioso que tenía”, expresó la adolescente.
El peludito al principio se llamó Zeus, pero en menos de una semana le cambiaron el nombre.
“El nombre Bendi se le quedó porque cuando hablaba con mis amigos les decía: ‘Güilas, está bien, podemos salir, pero tengo que llevar a mi bendición, no lo puedo dejar solo en la casa porque llora’, al final solo me entendía con ese nombre”, recordó.
Señaló que nadie de la empresa Alfaro se le ha acercado para darle el pésame.
Incluso, más bien se enteró que la compañía dijo que no permitirá llevar otros animales domésticos.
“Soy amante de los animales, pero si en un futuro llegara a tener un compañero como lo fue Bendi, me encantaría que sí pueda viajar tranquila porque sé que va conmigo de una forma segura y apta”.
El perrito fue enterrado en Esparza, Puntarenas.