Las autoridades judiciales realizaron 51 allanamientos entre Limón y en Turrialba para desarticular a bandas relacionadas con el robo de combustible.
En el Caribe realizaron 36 operativos en los que detuvieron a 11 personas, entre ellos tres empleados de Recope; en Turrialba fueron 15 allanamientos y allí capturaron a 13 hombres, entre ellos dos hermanos de apellido Mejía, sospechosos de liderar la venta de combustible.
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De acuerdo con las autoridades, en Turrialba se encargaban de sacar el combustible hasta fincas cuyos dueños no tienen relación con los hechos, llenaban las tanquetas y las pasaban a terceros.
Los operativos los realizaron en Turrialba, Peralta, Tres Equis y El Cairo de Siquirres.
La investigación contra la banda se inició desde noviembre del 2023, y a través de la indagación policial se estableció que, al parecer, este grupo realizaba diferentes tomas ilegales en el poliducto que va desde Limón a Puntarenas, con el fin de sustraer combustibles de tipo gasolina, diésel y jet A-1, para posteriormente, comercializarlo de manera clandestina. Trascendió que hasta en bares lo vendían.
Esos operativos estuvieron a cargo de los investigadores del OIJ de Turrialba.
Los allanamientos en Limón, por su parte, estuvieron a cargo de los agentes de la sección de Hurtos y la Sección de Legitimación de Capitales del Departamento de Investigaciones Criminales (DIRC) de San José.
En el Caribe seguían el caso desde marzo del 2023, cuando Recope denunció el robo de grandes cantidades de combustible, en los que, al parecer, varios camiones tipo cisterna ingresaban de forma irregular a la Terminal de Recope en Moín y sustraían los hidrocarburos.
Establecieron que en una finca que pertenece a la entidad gubernamental, así como en diferentes propiedades de Moín, al parecer, se había realizado la instalación de tomas ilegales en el poliducto. Desde ese punto se realizaba la extracción de los combustibles a estos inmuebles y, posteriormente, era vertido en recipientes como pichingas, estañones y tanquetas, para finalmente, llevarlo a otras zonas por medio de autobuses, vagonetas, vehículos livianos, camiones, entre otros.
Durante la línea de investigación, se pudo determinar que, en apariencia, esta actividad ilícita estaba siendo realizada en subgrupos y lideradas, aparentemente, por un sujeto de apellido Bell (conocido como Macho Coca), otro de apellido Soto y un tercer hombre de apellido Salas.