Un hombre apellidado Herrera Soto, dueño de una empresa de refrescos en Poás de Alajuela, fue detenido por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) como sospechoso de colaborar con una banda que, al parecer, se dedicaba a exportar cocaína líquida en algunos productos de dicha empresa.
Junto a Herrera, de 44 años, también fue detenida su pareja sentimental, una mujer de apellidos Murillo Picado, de 42 años, pues la Policía Judicial investiga si también habría tenido alguna participación en los hechos.
Además de la pareja, el OIJ también detuvo a siete hombres apellidados Lozano Bonilla, colombiano de 51 años y supuesto líder del grupo; Caicedo Valoi, colombiano de 56; Vayoles Mosquera, de 45; Montoya Gutiérrez, de 58; Lemos Rebellón, de 43 (todos estos son colombianos); Picado Sánchez, de 37; Herrera León, de 38; y una mujer de apellidos Brenes Murillo, de 28 años.
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Todos estos son sospechosos de conformar una banda que, en apariencia, importaba pasta de cocaína desde el sur del continente y luego la convertía en cocaína líquida para mandarla a Europa y Asia.
“El modo de operar era contactar a una empresa nacional que se dedica a la producción de bebidas carbonatadas, en este caso bajo la marca Minerva, que vende productos como zarza y cola, para poder exportar la cocaína líquida a diferentes países”, detalló Randall Zúñiga, director del OIJ.
Según la Policía Judicial, la banda habría escogido esta modalidad pues los escáneres ubicados en el puerto de Limón no pueden detectar la cocaína líquida. Para convertir la pasta de cocaína los sospechosos contaban con un laboratorio clandestino en Coronado, en San José.
De momento no se ha determinado la cantidad de droga que habría sido exportada desde nuestro país, pero el grupo es vinculado con el decomiso de 185 botellas que contenían 150 litros de cocaína líquida, las cuales fueron incautadas el pasado 8 de junio entre la frontera de Israel y Jordania.