Tres días después del secuestro del empresario estadounidense William Creighton, quienes son hoy los sospechosos se cambiaron de casa y comenzaron a salir del país.
Así lo detalló Steven Sánchez, encargado de la investigación de este caso en la continuación del juicio que se lleva a cabo en los Tribunales de Goicoechea por el secuestro y el homicidio de Creighton.
El empresario fue visto por última vez con vida la noche del 24 de setiembre del 2018, su familia pagó $900.000 (poco más de ¢553 millones) con la esperanza de que lo soltaran, pero no fue así; su cuerpo apareció un año después en una tumba del cementerio de Quepos.
La mañana del 25 de setiembre fue puesta la denuncia y desde ese momento comenzaron los rastreos a partir de los dos números de los que habían salido llamadas extorsivas. Estas líneas celulares llevaron hasta un hombre de apellidos Morales Vega que vivía con su mamá, de apellidos Vega Aguirre, otros dos hijos de ella y la propia novia de Morales Vega, una mujer de apellidos Solís Chaves.
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Vivían en una casa alquilada en el condominio Barlovento, en La Unión de Cartago; con esta información, las autoridades los vigilaron y siguieron.
De acuerdo con Steven Sánchez, al revisar las cámaras del residencial vieron que una maestra de apellidos Sanabria Abarca llegó a la vivienda de los sospechosos en un Suzuki blanco el propio 24 de setiembre del 2018. Ese carro lo vieron estacionado frente a la misma propiedad dos días después.
La policía siguió los movimientos del vehículo y vieron que Sanabria Abarca, Solís Chaves y Vega Aguirre hicieron mandados en Curridabat y en Cartago.
“Visitaron un apartamento de alquiler en Torres del Sol, en Tres Ríos, luego se confirmó que las mujeres lo alquilaron a solo dos días de haber perpetrado el secuestro extorsivo”, señaló Sánchez.
El 27 de setiembre las autoridades vieron un camión de mudanzas frente a la casa del condominio Barlovento.
“Las mujeres, junto con uno de los hijos de Vega Aguirre, metieron parte del menaje al camión de mudanzas y luego de montar todo se pasaron para Torres del sol″, explicó Sánchez.
Agregó que el mismo 27 de setiembre se reportó la salida de Morales Vega por la frontera de Paso Canoas.
“Con esto analizamos que luego del hecho delictivo, los líderes de la organización, en específico Morales Vega; su mamá, Vega Aguirre, y la novia, Solís Chaves, pocos días después de cometer el secuestro deciden cambiar de domicilio e incluso salir del país, lo cual denota una actitud evasiva para evitar cualquier acción policial en su contra”, mencionó el investigador.
Las tres mujeres viajaron un día después al aeropuerto Juan Santamaría y entraron juntas, pero luego hicieron los trámites migratorios de forma escalonada.
“En los videos se nota que siempre que están en el mostrador están en contacto visual con los demás integrantes, esto a pesar de que no se encontraban en la fila para pasar por la ventanilla. Esto denota que tenían conocimiento de la posibilidad de ser detenidas, nos indica que tienen pleno dominio funcional de haber cometido el delito de secuestro”, dijo el agente.
Para aquel momento había alertas migratorias por parte de Interpol, pero los agentes judiciales las dejaron irse debido a que no se tenía conocimiento del paradero de Creighton.
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Sin embargo, les siguieron los pasos hasta Cuba y luego hasta cuando llegaron a España, donde agarraron al líder Morales Vega; a su mamá, Vega Aguirre, a Solís Chaves y a dos hermanos más de Morales (estos últimos no forman parte del proceso judicial).
Los arrestos fueron el viernes 11 de enero del 2019 en Zaragoza.