Una banda dedicada a estafar gente desde la cárcel Jorge Arturo Montero, más conocida como La Reforma, compró un taxi para burlar la restricción vehicular sanitaria y poder delinquir a cualquier hora.
Dicha banda fue desarticulada la mañana de este miércoles 11 de noviembre.
Aunque el monto que pagaron por el vehículo de la fuerza roja no fue detallado, lo cierto es que lo adquirieron para no tener problemas ante las medidas tomadas por la pandemia.
La información fue detallada por el director del OIJ, Wálter Espinoza, quien explicó que hoy la sección de Fraudes del OIJ realizó 18 allanamientos en Grecia, Turrucares y Orotina de Alajuela; Barva de Heredia, La Katira de San Carlos y en Cartago.
Espinoza explicó que la banda era liderada por un hombre de apellidos Tencio Rodríguez, quien está preso por homicidios y delitos contra la propiedad. Las estafas superan los ¢500 millones.
La banda en los últimos meses empezó a “bretear” horas extras, pues se espera que, a más tardar el 21 de diciembre, las 21 cárceles del país tengan bloqueada la señal celular, por lo que a los estafadores se les acabará su “agosto”.
Tencio se encargaba desde la cárcel de manejar quiénes eran los que hacían las llamadas y además obtener los datos de gente que había realizado depósitos importantes en sus cuentas para mediante engaños, obtener los datos y sacarles la plata.
La banda estudiaba a las víctimas y sus movimientos de dinero, analizaban su entorno para cuando los contactaran hicieran empatía y crear confianza. En algunos casos, los estafadores convencían a las víctimas de darles sus datos personales y de claves, en otras los hacían entrar en páginas falsas o clonadas.
“Se trata de una investigación sumamente compleja, con declaratoria de crimen organizado, porque involucra varios fenómenos criminales para lograr cometer los delitos”, señaló el fiscal adjunto de fraudes y cibercrimen, Miguel Ramírez López.
El director del OIJ aseguró que Tencio era ayudado por un policía penitenciario de apellido Irigoyen, quien metía los celulares a La Reforma, además otros dos funcionarios con mandos directivos le habrían facilitado las cosas para que estuviera en un ámbito con espacio y con todo lo que necesitaba para cometer dichos delitos.
La banda estaba integrada por casi toda la familia de Tencio, de hecho los conocen como los Tencio, su hermano era quien recogía la plata de las estafas, reclutaba gente y también conseguía celus y chips y se los pasaba a Irigoyen.
El papá del líder se encargaba de “invertir” el dinero o los bienes que le quitaban a los afectados, el OIJ determinó que tenían su buena guaca de plata.
“Compraron una finca en Guatuso de Alajuela, donde tenían infraestructura y varios animales, la idea de tener ese lugar es que cuando el líder terminara su sentencia viviera ahí”, dijo Espinoza.
Hasta el abuelo del líder de la banda salió embarrado, pues a nombre de él fue comprado e inscrito el taxi, que aparentemente llegó varias veces a la cárcel.
Un abogado también fue detenido en Grecia como sospechoso de conformar sociedades anónimas para inscribir los bienes, las personas que prestaron sus nombres también fueron arrestadas.
“Logramos determinar la ruta del dinero, identificar las personas que facilitaron sus cuentas y que facilitaron los chips”, dijo don Wálter.
Las autoridades han decomisado tarjetas bancarias, listas de cuentas, listas con nombres de los posibles afectados, además de casi un millón y medio en joyas, 180 cabezas de ganado que fueron entregados a Senasa y dos carros lujosos.
Durante los allanamientos fueron detenidas 12 personas, según confirmó la oficina de prensa del OIJ. Entre los detenidos también está la esposa del líder, una mujer de apellido Alvarado.