Mateo González es un niño de tres añitos quien este viernes conoció a su nuevo mejor amigo.
Se trata de Scoofy, uno de los seis oficiales caninos que se jubilaron luego de entregarle muchos años de servicio a la Policía Judicial.
El pequeño no cabía de la emoción de ver que se podrían llevar a la casa a su nueva mascota. Por eso, aunque nunca antes lo había visto, en cuestión de minutos la agarró tal confianza que hasta lo abrazaba.
El peludito se comportó a la altura y, aunque probablemente extrañará por algún tiempo sus ajetreados días de trabajo, este viernes estuvo muy noble y amigable con la que será su nueva familia.
“En enero me llegó un correo de que estaban buscando casa para varios perros que se iban a jubilar y cuando vi la foto de Scoofy no lo pensé dos veces y participé porque quería llevarlo a mi casa.
“Me hicieron todo un proceso para ver si yo era apta para llevármelo porque él merece una vida tranquila y feliz, hace unas semanas me llamaron para decirme que me lo iban a entregar a mí”, contó Mabilyn Torres, funcionaria del Poder Judicial.
Además de Scofy, este viernes también se jubilaron Nani, Rufo, Simon, Alana y Atos. Este último perrito la partió el corazón a todos los presentes en la actividad, ya que cuando fue entregado a su nuevo dueño, trató de devolverse con su guía, prueba de que le duele mucho separarse de él.
En el caso de Alana, ella se quedará en la Unidad Canina, ya que hace unas semanas fue diagnosticada con cáncer y le queda poco tiempo de vida. Pese a su enfermedad la peludita está activa y contenta, recibiendo mucho cariño y chineos de los trabajadores de la Policía Judicial, quienes están haciendo de sus últimos días los mejores, como muestra del agradecimiento que le tienen por los años de trabajo que ella dio.
Cada perrito se fue este viernes del Complejo de Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores, que por años fue su hogar. Ahora dejarán de lado la placa policial para recibir amor y cariño por parte de sus nuevas familias.