Un hombre identificado como Jonathan Araya Castillo pataleó, gritó y decía ser inocente al ver que los agentes de cárceles del OIJ se le acercaban para esposarlo para llevárselo a la cárcel donde pasará los siguientes 27 años.
Araya junto con otros tres tipos identificados como Víctor Mora Piedra, Jorge Mesén Piedra y Alexander Umaña Madrigal fueron hallados responsables del homicidio de Rosberly Córdoba Murillo.
Así lo decidieron los jueces Rosaura García, Maureen Iong y Alfredo Arias luego de recibir todas las pruebas. A Araya le impusieron 27 años de cárcel, porque fue quien apretó el gatillo; mientras que a los demás les impusieron 22 años de prisión.
Araya tiró una mesa y corrió hacia un lado de la sala de juicio, en ese momento dos agentes corrieron para detenerlo y así evitar que golpeara a alguna de las personas de la sala o bien tratara de salir corriendo.
Lo redujeron a la impotencia al tirarlo al suelo y en seguida el sentenciado comenzó a gritar diciendo “soy inocente, tengo dos hijos, soy inocente, señor juez, me mató hoy mismo, hoy muero aquí, tengo dos hijos, mi viejo, dile a mis hijos que los amo”, esto mientras seis oficiales de cárceles lo sujetaban.
Las autoridades sacaron a los otros tres sentenciados esposados y de último a Araya, quien seguía gritando.
Entre las pruebas contundentes que revisaron los jueces están los videos y enlace de llamadas y conexión de antenas de celulares de los cuatro sospechosos antes, durante y después del crimen.
Según la investigación por parte de la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos, estos cuatro sujetos idearon un plan para asaltar la farmacia La Bomba, en Guayabos de Curridabat, donde trabajaba Rosberly.
Por lo que los acusó de homicidio calificado y robo agravado.
El ataque lo cometieron la tarde del 17 de diciembre del 2014, según el Ministerio Público, Araya amenazó con el arma de fuego a los dependientes del local, mientras Mora custodiaba la entrada, y Umaña y Mesén esperaban en una moto y en un carro, respectivamente.
Según la investigación, Araya se apoderó del dinero que estaba en la caja registradora y, además, exigió que le abrieran la caja fuerte y caminó hasta el fondo de la farmacia, donde estaban otros dependientes, entre ellos la víctima, Rosberly Córdoba.
“Se presume que, mientras la ofendida se encontraba boca abajo, el imputado le disparó en la cabeza, ocasionándole la muerte. Posteriormente, ante la imposibilidad de sustraer el dinero de la caja fuerte, todos los acusados habrían huido”, sostuvo la fiscalía en la acusación.
Familia guarda paz
Rosberly tenía 24 años y era madre de un niño de 3 años cuando fue asesinada, ella murió en el hospital Calderón Guardia.
Sus allegados nunca perdieron la fe de que encontrarían la justicia, luego de siete años sin respuestas por saber quiénes eran los responsables por la muerte.
El hijo de Rosberly actualmente es un niño de 10 años, es estudioso y también creyente en Dios, porque su abuelita Eugenia Murillo (mamá de Rosberly) contó que hace poquito hizo la primera comunión, además no deja de preguntar por su mamá y decir lo mucho que la extraña.
Doña Christian Alfaro, tía de Rosberly estuvo durante el juicio y lo describió como un proceso doloroso.
“Pienso que a partir de hoy (martes) toda la familia podrá cerrar esa página, pero no el libro porque la pérdida de Rosberly nunca la vamos a superar, tenemos tranquilidad que el Tribunal dictó lo que consideraron que correspondía”, dijo.
Mencionó que los últimos años han sido muy duros.
“Han sido siete años muy tediosos y dolorosos, también fue doloroso convivir con los sospechosos (durante el juicio), esperamos volver a ser unidos como antes”, expresó.
Agregó que doña Eugenia, la mamá de Rosberly, sigue sufriendo como si el 17 de diciembre del 2014 hubiese sido ayer.
Ellos esperan que ninguna familia vuelva a sufrir lo que ellos afrontaron y que ningún niño pierda a la mamá por culpa de la delincuencia.