Una reunión de amigos tuvo de todo, primero la alegría de verse tras varios meses de cumplir con las restricciones por la pandemia, luego la ilusión de ir a pescar y también la angustia de que la lancha en la que iban se volcara y todos cayeran al agua.
Dichosamente no hubo ninguna desgracia y lo único que pescaron Olman Núñez, Carlos Góngora, Edwin Barquero y Eliú Calero fue un gran susto, así como una gran lección de siempre usar el chaleco salvavidas.
Así nos lo contó Olman, de 30 años, quien asegura que vivieron minutos de espanto este sábado 24 de octubre, en el Lago Arenal, por la zona de Nuevo Arenal de Tilarán, Guanacaste.
“Éramos cuatro amigos, dos vivimos en Tilarán y otros dos en Puerto Viejo de Sarapiquí, ellos vinieron este fin de semana a visitarnos y planeamos ir a pescar, andábamos con nuestras esposas e hijos, pero solo cuatro nos montamos en una lancha y los demás se quedaron en la orilla del lago”.
Núñez, recordó que comenzaron a adentrarse y de un momento a otro estaban todos en el agua.
“Por los fuertes vientos de este lugar se forman olas, eso nos desestabilizó, la lancha volcó y comenzó a hundirse, estábamos largo de la tierra, ninguno andaba el chaleco, fue agobiante porque tampoco había forma de pedir ayuda, nuestros familiares ni nos veían, no sabían que necesitábamos ayuda”, mencionó Núñez.
De la lancha solo quedó la punta saliendo del agua, por lo que el cuñado de Núñez, Carlos Góngora y otro amigo de nombre Edwin se agarraron de ahí porque ambos decían que sí sabían nadar, pero al estar tan largo de la tierra sentían que no iban aguantar.
Se armó de valor
Núñez sabía que alguno tenía que buscar la forma de pedir ayuda, por lo que se armó de valor y comenzó a nadar hasta buscar la tierra, cuenta que cuando su familia lo vio se asustó al verlo nadando y solo.
Al llegar a tierra solo le dio tiempo para decirles que llamaran al 9-1-1, buscar los chalecos y regresar por sus amigos.
“La lección nos quedó para siempre porque una emergencia puede ocurrir en cualquier momento, llegaron una lancha y una moto de agua, ellos nos auxiliaron, pero hubo un amigo, Eliú Calero, que no aparecía, sentimos miedo porque nadie lo veía”, detalló Núñez.
Los allegados imaginaron lo peor, pues describen a Eliú como un hombre de contextura gruesa y creían que quizás se había cansado de nadar; sin embargo a los minutos vivieron un milagro al verlo en la orilla tendido y con la cabeza en la tierra.
“Él logró llegar hasta la tierra, pero creé que por el cansancio quedó inconsciente y solo puso la cabeza afuera, por eso no lo veíamos”, mencionó Núñez.
Núñez, contó que los fines de semana acostumbran ir al lago, este fue el primer susto que se llevaron, pero volverán a pesar que los familiares les recomendaron no hacerlo, entre ellos, doña Shirley Segura, mamá de Nuñez.
“Me regañó, pero creo que no le haré caso, volveré al lago, es parte de nuestra vida”, contó el sobreviviente.
Por su parte, doña Shirley espera que en su hijo sea obediente para no llevarse ningún otro susto.
“Una nunca deja de pensar en los hijos aunque estén casados, esta vez me dieron el peor susto, por eso lo regañé y le dije que no buscara más el peligro”, mencionó esta madre.
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Llamado a la cautela
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el mundo se ahogan 372 mil personas al año, 42 cada hora.
De acuerdo con la Cruz Roja, este año 18 personas han perdido la vida en accidentes acuáticos, aseguran que por día mínimo hacen un rescate, es por esto que la Benemérita junto con el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) hacen un llamado a la precaución para evitar accidentes, sobre todo por la apertura de playas y centros turísticos.
Jim Batres, de la Dirección Nacional de Gestión de Riesgo de la Cruz Roja, asegura que la mayoría de emergencias acuáticas son en las playas, cuando las personas son arrastrados por una corriente de resaca.