Doña María Otárola Soto, la costurera que destapó el chorizo de la exdefensora de los Habitantes Ofelia Taitelbaum Yoselewich, asegura sentirse en paz y feliz de que la exfuncionaria no logró librarse de la culpabilidad de haber cometido 29 delitos de uso de documento falso al alterar declaraciones de impuestos, aunque podría recibir una condena aún menor a los 9 años que ya le habían readecuado con un descuentazo.
Resulta que en una resolución del pasado 17 de diciembre, los jueces decidieron reenviar el expediente para la realización de un nuevo juicio con el fin de que el Tribunal de Apelación de Sentencia Penal de Goicoechea determine los años que le meterán a la exfuncionaria, porque la culpabilidad sí quedó demostrada.
Ella fue condenada en agosto del 2019 a tres años de cárcel por cada uno de los 32 delitos y que sumaban 96 años de cárcel. Luego los delitos los rebajaron a 29 y la pena también.
El Tribunal de Apelación consideró que ese castigo era excesivo, por lo que ordenó un nuevo debate, el cual aún no tiene fecha. También se revisará el daño social causado por la entonces defensora.
Además, a la llamada que doña María grabó, y que fue fundamental para sentar a Ofelia en la silla caliente, le bajaron el piso.
En la apelación se determinó que la grabación de la conversación telefónica entre Ofelia y doña María, y que fue aportada como prueba durante el primer juicio, es ilegal y, por ello, no se puede usar durante el segundo debate.
La decisión se adoptó porque la grabación hecha por Otárola se hizo sin el consentimiento de Taitelbaum y sin la aprobación de un juez.
A pesar de eso, la humilde costurera nos contó la tarde de este miércoles, por teléfono, que tan solo 20 minutos antes de nuestra llamada se enteró de las novedades del caso y sintió una gran tranquilidad en su corazón.
“Yo no sabía nada porque la verdad he estado mal de salud, entonces me he dedicado a vivir en paz y hasta alejada. Mi hermano me llamó y me preguntó que si había visto las noticias, porque salió información importante sobre el caso de la Taitelbaum, que la viera, entonces me metí en internet y fue cuando me entere de todo”.
Esta vecina de San Carlos asegura que el proceso que tuvo que vivir contra la exdefensora fue muy largo y que todavía hay cosas que no ha logrado entender.
¿Dónde están?
“Se lo digo desde mi corazón, los jueces la condenaron otra vez, por segunda vez, ¿qué significa esto?, que no era mentira nada de lo que yo dije, que yo siempre hablé con la verdad
“Ella es una persona que se hacía pasar con una imagen política, pero al final lo que tiene es una máscara, yo de todo esto lo único que quería era que se supiera que yo decía la verdad, que yo nunca mentí, no tenía por qué”, enfatizó doña María.
“Mucha gente dudó de mí, me amenazaron, me trataron mal para defenderla a ella, ahora quiero saber dónde están los que me amenazaron, los que dudaron, ya dos tribunales hablaron, no hay nada más que pensar”.
Otárola asegura que para ella no importa la pena, porque existe una condena que finalmente era lo que ella le había pedido a Dios, que la justicia se cumpliera.
“El monto de la pena es lo de menos, a mí me encantaría verla en el portón de la cárcel, pero yo sé que ella no va llegar ahí, en este país mucha gente por delitos menos graves han ido más tiempo a la cárcel, este delito es uno de esos graves hasta donde yo entiendo, pero uno sabe que la ley no es igual para todos, yo quisiera saber si yo estuviera en la posición de esa señora si yo estaría presa, casi estoy segura que sí”, dijo la sancarleña.
Llamada reactivó el caso
“Eso de la grabación no importa, porque yo grababa a doña Ofelia cuando me llamaba, decía palabras que yo no entendía y después mi hija me las explicaba, pero no me preocupa porque esa prueba no hizo ni falta en el juicio.
“Esa llamada que se filtró, creo yo cuando estaba con un medio de comunicación, sirvió porque el caso aquí (San Carlos) estaba archivado y lo mandaron para San José apenas se dio a conocer (la llamada) y todo se movió”, dijo doña María.
“Lo que pase de ahora en adelante se lo dejo a Dios, Él desde el cielo todo lo ve y me ha dado fuerza porque he luchado contra viento y marea para que la verdad se sepa”, agregó.
El caso contra la exdefensora de los Habitantes se inició en el 2014, cuando fue denunciada por doña María Otárola, quien no pudo asegurarse ante la Caja de Seguro Social pues aparecía como consultora en una empresa ligada a Taitelbaum, de lo cual ella no sabía nada.
Según la denuncia, durante cinco años la costurera habría recibido ¢32 millones por su “participación” en esa sociedad, pero Otárola nunca tuvo una relación laboral con Taitelbaum ni recibió una tejita.
Ambas mujeres se conocieron cuando Otárola vivía en un precario en Pavas y Taitelbaum era viceministra de Vivienda.