Los días han pasado y el dolor por la ausencia de la oficial de la Fuerza Pública, Astrid Gómez Cruz, de 31 años, se hace más fuerte, luego de que ella falleciera víctima de un accidente en el que se vio involucrado un conductor, aparentemente, borracho.
Anthony Blanco, compañero sentimental de Astrid, nos contó que la extrañan a cada segundo, él y sus hijos, pues ella era una madre y compañera única.
La oficial era una mujer llena de metas y, según sus allegados, se caracterizaba por esforzarse al máximo para culminarlas. Una de ellas era convertirse en psicóloga y ya solo le faltaba un año para terminar la carrera.
“Ella estaba preocupada por la salud mental de las personas, y también sabía que esa carrera le iba a ayudar como mamá con nuestros hijos”, dijo.
Blanco afirmó que ella estaba segura de que esa profesión le iba a permitir seguir creciendo en su amada Fuerza Pública. Gómez trabajaba en la delegación de Poás y, el día de su funeral, la Policía la nombró capitana como homenaje a su labor en vida.
“Astrid para mí era más que mi pareja, era el complemento ideal en mi vida. Tenemos una hermosa familia, la cual desde jóvenes hemos venido forjando; ella tiene una hija que se crio conmigo, aunque su papá siempre ha estado presente. Yo tengo dos hijas más, y tuvimos un hijo en común. Sebastián, quien es el menor. Disfrutábamos al máximo el tiempo de estar juntos”, relató el también oficial.
Cuando Anthony conoció a Astrid, ella trabajaba en una zona franca en El Coyol de Alajuela, y le sorprendió cuando ella le dijo que quería ser policía, pero siempre la apoyó.
“Siempre me demostró que lo que se proponía lo cumplía. Ella siempre con su sonrisa, en el trabajo, en la casa, mostrando sus camanances hermosos. Los compañeros de trabajo le pusieron la sonrisa eterna. Además, siempre estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros, a su familia y amigos, con su mejor actitud. Nos dejó un vacío enorme”, aseguró.
Su carrera no era la única ilusión de Astrid; este año su hija mayor se graduaba de sexto grado y ahora no podrá acompañarla en ese momento como tanto lo anhelaba.
“Como los dos trabajábamos, eso nos permitía estar mejor económicamente, y el año pasado sacamos todos los pasaportes para irnos todos de viaje, pero por tiempo y acomodo no pudimos, era algo que íbamos a hacer este año”, recordó Blanco.
Anthony reconoce que Astrid era solidaria, colaboradora, soñadora, trabajadora y muy emprendedora.
“Con el trabajo y vendiendo cositas, así fue como se compró el lote donde vivimos en Orotina, y luego se construyó la casa que era de ella. Siempre la admiré tan joven y con su casa propia; éramos un gran complemento y una familia dispuesta siempre a luchar por los sueños de todos”, explicó.
“Puedo decir que el amor que le tengo es enorme, siempre la amaré por el resto de mi vida y lucharé para que se haga justicia por la memoria de ella y porque nuestros hijos y familia merecen ese respeto por los daños morales y psicológicos que dejó (el conductor) en el camino causando esta desgracia. Hoy por hoy la extrañamos, donde quiera que vaya la recuerdo, y si hay una mujer policía en la calle es una representación de la gran labor que hacía mi mujer”, dijo el oficial.
A Astrid siempre le encantaba andar hermosa y bien vestida, no solo para pasear con su familia, sino también para ir a trabajar. Las personas a su alrededor siempre la piropeaban por lo bonita que lucía.
Anthony le había regalado un anillo de compromiso de color azul, porque eso los identificaba como pareja policial. A ambos su trabajo les daba mucha felicidad, y ese anillo, según cuenta Blanco, fue una gran alegría e ilusión para ella.
El oficial señaló que él está estudiando derecho y la desgracia que están viviendo le dará más fuerza para concluir sus estudios, pues velará porque se haga justicia por la muerte del amor de su vida.
“Tengo el alma partida, quiero hacer conciencia del dolor que le puede provocar una persona borracha a toda una familia, una persona que no valora la vida y que fue irresponsable”, concluyó Anthony.
Astrid falleció el sábado 29 de marzo cuando iba para su trabajo en la delegación de Poás.
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El accidente se dio en la comunidad de Rincón de Cacao, en Tambor de Alajuela; específicamente, de la escuela local, 800 metros hacia el oeste.
Según el OIJ, un joven apellidado Cruz, de 21 años, fue detenido en el lugar del mortal accidente.
La oficial iba en moto y, aparentemente, el conductor le invadió el carril, por lo que el choque fue inevitable. La Policía de Tránsito le hizo al joven la alcoholemia, y según reportaron, dio positiva.