Cuatro hombres apellidados Pantoja, Zapata, Duarte y Arias fueron condenados a 245 años de cárcel, cada uno, como responsables de la mayor masacre en la historia del país, en la cual asesinaron a ocho personas, entre estas a Danny Hernández Fernández, un supuesto cabecilla narco conocido como Ratón.
Esa fue la sentencia dictada este lunes por el Tribunal Penal de Limón, cuyos jueces encontraron a los cuatro hombres culpables de siete delitos de homicidio calificado; por cada uno recibieron 35 años de prisión.
El Poder Judicial indicó que por reglas del concurso material la pena se adecuó a ciento cinco años de prisión, misma que será limitada a una condena de 50 años de cárcel, que es el tiempo máximo que una persona puede estar en prisión, según lo establece la ley de Costa Rica.
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Las víctimas de este sangriento crimen fueron Danny Hernández Fernández, alias Ratón; Leonardo Bonilla Pérez, Alejandro Salazar López, Michael Kelly Davis, Royandy Coock Beckford, Divan Luis Michel Bustos, José Bernardo Montoya Arias y un hombre apellidado Bell Arias.
Sangrienta ejecución
Los hechos que dieron pie a esta condena ocurrieron la mañana del miércoles de 2 marzo del 2022, cuando los ofendidos de apellidos Hernández, Salazar, Michel, Bonilla, Kelly y Cook viajaban en un carro por una calle interna de una finca ubicada en Matama de Limón.
“Aparentemente, fueron interceptados por los encartados, quienes portando armas de fuego de grueso calibre y vestidos con camisetas de la Policía Judicial, bajaron a las víctimas del vehículo, los acostaron boca abajo y les dispararon en la cabeza”, explicaron las autoridades.
En esa misma finca, los gatilleros también atacaron a balazos a varias personas que estaban trabajando en la reparación de una cabaña, entre estos se encontraba Montoya, quien falleció tras ser impactado por los disparos en varias ocasiones. Otros seis hombres lograron escapar con vida.
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En cuanto a la octava víctima mortal, de apellidos Bell Arias, su cuerpo fue encontrado nueve días después del ataque, este se encontraba en un barranco, lugar al que habría llegado cuando intentó huir de los sicarios.
Escape fallido
Tras cometer la masacre, los gatilleros se llevaron el carro del dueño de la finca, un hombre apellidado Picado, alias Shock, quien estaba entre los que lograron escapar.
Sin embargo, la huída les duró poco, pues a tres kilómetros chocaron contra la góndola de una vagoneta, al ser perseguidos por una patrulla; en ese lugar capturaron a Arias y a Pantoja.
Horas después las autoridades detuvieron a Zapata y Duarte, quienes se habían refugiado en la casa de una mujer a la que mantuvieron retenida por cuatro horas.