Yenedith Adelay Bastos Bonilla, de 16 años, era una joven hermosa tanto por fuera como por dentro, amaba a su familia y creía mucho en Dios.
Un día antes de morir a manos de un sicario que se metió a casa disparando para acabar con la vida de un hombre que intentó refugiarse ahí, la adolescente le hizo una petición a su mamá, doña Yiliana Bonilla, algo que ella nunca le había solicitado, le pidió que le diera la bendición.
Este hecho le causó ternura a doña Yiliana, quien jamás imaginó que horas después su hija estaría sin vida, por lo que esta petición sería parte de una despedida que madre e hija tuvieron sin darse cuenta.
“Era raro porque nunca me lo había dicho, pero el día anterior, en la noche, me dijo: ‘mami, ¿por qué no me da la bendición?’, me reí porque nunca me pidió la bendición, le toque su frente y le dí mis bendiciones”, recordó la mamá.
Otro de los recuerdos que le quedó a esta mamita es que su hija le cocinó, una comida que ambas disfrutaban, horas antes de su muerte.
“Ella estaba feliz jugando, jamás pensamos que iba a pasar una tragedia tan fea como esta, lo último que me dijo fue: ‘mami, te cociné espagueti en salsa blanca como te gusta. Es duro, esto no se lo deseo a nadie, fue la forma de demostrarme amor por última vez”, señala esta valiente madre.
Yenedit estaba en quinto de colegio, sacaba el Bachillerato Internacional, ella soñaba con ser médica obstetra y le ilusionaba una gira que planearon en el colegio y la cual ya había pagado.
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Homicidio de colegiala apagó esperada celebración
La inesperada muerte de Yenedith, además de dolor, apagó una celebración que la familia esperaba disfrutar, el cumpleaños de su hermana mayor, este viernes 12 de julio. Su hermana cumplió 21 años y ha sido el cumpleaños más triste para el hogar, quienes perdieron las ganas de celebrar.
“Lo más difícil es que mi otra hija está cumpliendo 21 años este viernes y es un cumpleaños demasiado trágico, no le voy a cantar un feliz cumpleaños porque no hay nada feliz, ya no hay un feliz cumpleaños, esto es muy duro”, manifestó esta sufrida madre.
En medio de su tristeza, ella manifestó que es demasiada la inseguridad y le duele saber que víctimas inocentes sean parte de las estadísticas policiales.
Durante la tarde de este viernes, los allegados de Yenedith esperan que les entreguen el cuerpo, ya que el objetivo es despedirla este sábado a las 10:30 a.m., en la iglesia cristiana Portadores de su Gloria, en Limón.
El crimen que le costó la vida a esta muchacha ocurrió cerca de las 10:45 p.m., de este miércoles 10 de julio, en el barrio Limoncito de Limón, cuando ella se encontraba en el corredor de su casa disfrutando de un juego de mesa.
En la vivienda estaba su mamá, el padrastro que fue herido de bala en una pierna; la hermana quien sufrió un roce de bala en la frente y el novio de Yenedith (un menor de edad y de nacionalidad española) impactado por una bala que entró y salió por una de sus piernas.
Doña Yiliana recuerda que ella escuchó los tiros y les pidió a sus seres queridos que dejaran el corredor y entraran a la casa, pues temía que pasara algo.
En ese momento vieron que unos hombres entraron disparando en la vivienda, ya que los sicarios perseguían a un sujeto de apellido Howard, a quien mataron, momento en el que una de estas balas alcanzó mortalmente a la inocente joven y a varios de sus familiares.
En el OIJ dijeron que la familia de la joven no tiene relación alguna con el sicario, ni con el sujeto que mataron, por lo que ellos se convirtieron en víctimas inocentes de la ola de violencia que golpea al país.