Cinco oficiales de la Fuerza Pública fueron detenidos por el OIJ como sospechosos de ayudar a una banda que habría robado más de ¢670 millones en casas y negocios desde el 2018.
Se trata de cuatro hombres apellidados Beita Jiménez, Rivas Esquivel, Vindel Cantillo y Vega Espinoza, así como una mujer de apellidos Delgado Vargas.
Beita, quien bretea en la delegación de El Carmen en San José, es ligado con un robo a una venta de celulares y un asalto a una joyería, mientras que los otros cuatro, que trabajan en El Roble de Puntarenas, son investigados por, supuestamente, ayudar en el robo a un cajero automático.
Además de los uniformados, el OIJ detuvo a otros 14 supuestos miembros de la banda. Entre ellos destacan dos sujetos de apellidos Lamuge Pérez y Mora Abarca, quienes serían los líderes y habrían participado en 17 y 15 de los 33 robos cometidos.
El resto de detenidos fueron identificados como Saborío Marín, Elizondo Barrantes, Pérez Leitón, Blanco Hernández, Pacheco Peralta, Dinarte Valle (mujer), Mora Elizondo, Carrión Cordero, Hernández Delgado, Araya Quesada, Marín Mora, Porras Vargas, Araya Espinoza, Almengor Cantillo.
Los sospechosos fueron capturados este martes 8 de diciembre gracias a 23 allanamientos realizados en Puntarenas, Tres Ríos, Corredores, Atenas, Desamparados, Hatillo, Ciudad Colón, Tibás, Pavas y Alajuelita.
En el operativo se decomisaron tres vehículos, entre estos un camión de carga que, supuestamente, era usado en los atracos. Además, hallaron armas de fuego, teléfonos celulares y mercadería aparentemente robada.
Según la Fiscalía Adjunta del II Circuito Judicial de San José, uno de los últimos robos cometidos por el grupo ocurrió en julio pasado, en una tienda Claro en San José, de donde huyeron con un botín de ¢45 millones.
“Otros comercios perjudicados con el actuar de la organización son Artelec, Joyería Cavallini, Maxibodega, Scotiabank y Pinturas Lanco, entre otros”, detalló el Ministerio Público.
Breteaban los feriados
En cuanto a los oficiales detenidos, el OIJ señaló que, en apariencia, estos se dedicaban a reclutar a otros policías para que custodiaran a los sospechosos mientras cometían los robos.
“Los sospechosos cortaban los candados de los negocios y levantaban la cortina de hierro para ingresar, luego bajaban de nuevo esa cortina y le ponían un candado que ellos llevaban. Luego preparaban toda la mercadería para subirla a un camión que llegaba a recogerlos”, detalló el OIJ.
Walter Espinoza, director del OIJ, explicó que otro método usado por la banda era el de alquilar un local junto al comercio que querían robar, para luego hacer un boquete en la pared y así tener acceso a la mercadería.
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto del Segundo Circuito Judicial de San José, aseguró que el grupo estaba muy bien organizado, pues sabían cuál local escoger y el momento exacto para comerte la fechoría.
“Actuaban con agilidad y rapidez para cometer los robos en días feriados, noches o madrugadas, cuando no había personal trabajando. Los sospechosos se especializaban en técnicas para quebrantar los sistemas de seguridad y hacían un trabajo previo de inteligencia”, dijo Boraschi.
Especializados
Durante la investigación, las autoridades descubrieron que no estaban tratando con un grupo de novatos, pues cada uno de los miembros tenía su especialidad y momento clave para participar en el atraco.
“Entre los perfiles encontrados había planificadores, encargados de inteligencia, cerrajeros, encargados de hacer boquetes en paredes, transportistas de carga, encargados de tecnología, policías, asesores y una persona con conocimiento en el manejo de sistemas de alarmas de seguridad”, explicó el fiscal.
El Ministerio Público señaló que los detenidos serán investigados por los delitos de robo agravado, asociación ilícita y cohecho propio.