Ciclistas de toda Costa Rica mantienen muy vivos en su corazón a los hermanos que han perdido en carretera, especialmente a los cuatro ciclistas que murieron en Curridabat al ser atropellados por un conductor borracho en marzo del 2017.
Este domingo eso quedó más claro que nunca, pues más de 7 mil cleteros se reunieron en el parque de La Sabana para recordar y homenajear a los caídos, pero también para exigir el respeto que se merecen en las carreteras.
Estos fiebres de las bicis participaron en la segunda edición de la actividad “Somos Bicibles”, organizada por un grupo del mismo nombre y la organización Ciclo Parqueos, además Coopecaja se encargó de patrocinar la gran actividad.
Tal y como sucedió en la primera edición, los ciclistas se unieron para formar una bicicleta gigante que solo podía ser vista desde las alturas, pero sin duda alguna la actividad más esperada era el recorrido hasta las inmediaciones del Walmart en Curridabat.
Un mar de ciclistas se apoderó de toda la Avenida Segunda, pasaron por San Pedro de Montes de Oca hasta que finalmente llegaron al punto en el cual perdieron la vida Mario Enrique Retana Pérez, de 49 años; Lenin Manrique Ortiz Quesada, de 46; Pablo Enrique Alcócer Alcócer, de 54, y Lucía Mata Durán, de 38 años (ella falleció días después en el hospital).
Como parte del homenaje que se hizo delante de las cuatro cruces puestas en ese lugar, los cleteros se tiraron al suelo junto a sus bicicletas y a una sola voz gritaron que ya no querían ver más amigos o familiares en esa condición, por lo que exigieron a los conductores respeto para compartir las calles.
Apoyo incondicional
Entre los participantes destacó la presencia de los familiares de los cuatro fallecidos, como Ericka Parra, esposa de Pablo Alcócer, quien llegó junto a sus hijos Pablo, Nicole y Karen, todos uniformados con una camisa que decía: Respeto.
“Para nosotros es importante, y agradecemos muchísimo todo el apoyo que nos dan, porque no nos sentimos solos, la ausencia de mi esposo ha sido increíble en este año y estamos tratando de salir adelante, pues todo esto nos llena a nosotros de cierto modo de orgullo de que hay personas que nos están respaldando, porque sin ellos no sé donde estaría en este momento”, reflexionó Parra.
Doña Ana Lorena Quesada, mamá de Lennin Ortíz, se unió al sentir de Ericka, asegurando que junto a su familia, los ciclistas se han convertido en un apoyo incondicional y para que su hijo y los amigos que fallecieron nunca sean olvidados.
“Ha sido un apoyo muy grande, nos ha ayudado mucho a soportar el dolor tan grande porque no es que a uno se le pasa, nunca va a pasar, pero por lo menos nos han ayudado a estar de pie”, enfatizó.
En cuanto a la parte judicial, Quesada dijo que sentía que la Fiscalía lo estaba llevando con mucha suavidad ya que están manejando las muertes como homicidio culposo (sin intención), aunque ella considera que debería ser homicidio calificado, por el hecho de que el conductor iba borracho.