Desde hace aproximadamente un mes, un grupo de graciosos se ha dedicado a poner tapas de refrescos con tonillos incrustados en las calles de Alajuela para que estas se queden pegadas en las llantas de los carros.
Al parecer la molesta “broma” fue copiada de otros países en los que los delincuentes se valen de las tapitas con premio para estallar las llantas y asaltar a los choferes, pero en Costa Rica la mayoría de llantas no tienen neumáticos, por lo que pueden seguir circulando aún con los tornillos metidos.
“Los choferes llegan aquí buscando reparar el hueco que les hacen los tonillos. En realidad las llantas pueden circular bastante tiempo, pero sí llegan a desinflarse en algún momento”, aseguró Rónald López, quien desde hace siete meses es llantero.
“Esto es como una especie de moda que está desde hace un mes y que lo hacen más que todo para molestar a los choferes”, agregó.
Por su parte, Yitza Mora, administradora de la reparadora de llantas El Paqueo dice que los casos van en aumento.
“Están llegando entre tres y cuatro personas por semana con ese problema y llegan muy molestos con la gente irresponsable que les hace esos daños”, contó la mujer.
Los alajuelenses esperan que la bendita moda pase rápido, pero por el momento no les queda más que pelar bien los ojos cada vez que anden por alguna calle del centro de la Ciudad los Mangos.