EscucharEl peor Día del Niño es el que están enfrentando dos niñas de 4 y 12 años quienes quedaron huérfanas por culpa de la ola de violencia que azota Costa Rica.
Las pequeñas son hijas de María José Castro, de 33 años, una de las víctimas que murieron en el tiroteo que ocurrió en el bar Cahuita Town en barrio Luján, San José.
María José, en apariencia, sería una víctima inocente de este ataque que ocurrió la noche de este domingo 8 de setiembre, a las 11:56 p. m.
Ella estaba junto a su esposo de apellido Montoya, de 38 años, una sobrina y otros allegados cuando fueron sorprendidos por las balas.
En esta agresión también murió un DJ de apellido Brown, de 48 años, las autoridades investigan si el ataque iba dirigido contra este hombre.
María José era una madre entregada a sus chiquitas, siempre pasaba tiempo con ellas y además se dedicaba a ser manicurista, así lo afirmó Andrea Castro, hermana de la fallecida.
“Ayer (domingo) antes de que ella saliera a comer, estuvimos hablando algo de mi sobrina, fue la última vez que hablamos.
“Mi hermana era completamente entregada por sus hijas, una mamá ejemplar, que sus niñas amaban, una mamá, esposa, hermana e hija excelente, no podemos decir nada malo de ella”, expresó Andrea en medio del dolor de perder a su hermana menor.
LEA MÁS: Hombre trató de proteger a su esposa de asesinos de DJ, pero lamentablemente no pudo
Agregó que su hermana y cuñado decidieron salir a cenar para celebrar que había llegado una sobrina por parte del esposo a Costa Rica, donde quería pasar unos días de paseo.
“Mi familia nunca había estado cerca de algo como esto, nuestra familia es entregada a Dios complemente, servimos en la iglesia, somos amantes de Dios y esto nunca lo habíamos pasado”, detalló la hermana.
María José sufrió dos paros cardíacos a consecuencia del balazo que le entró por el estómago y fue declarada sin vida en el hospital Calderón Guardia.
Entre lágrimas Andrea le pide al presidente de la República, a los diputados y a los jueces del país que pongan mano dura porque la violencia está cobrando vidas inocentes.
“Necesitamos mano dura contra la delincuencia”, exclamó la mujer en medio de lágrimas.
