Al ecólogo Ulises Corrales Barrantes le dijeron hace más de cinco años que su vida se iba a terminar a los 38 años. Esa fue la predicción que le dio un chamán en uno de los tantos viajes que solía realizar dentro y fuera de Costa Rica.
Tristemente las palabras del adivino se hicieron realidad la mañana de este martes 16 de junio, cuando el cuerpo de “Moyo”, como era conocido, fue hallado cerca de una quebrada dentro de la reserva Dendrobates, en Peñas Blancas de San Ramón de Alajuela.
El ecólogo de 38 años estaba desaparecido desde el sábado 13 de junio, cuando entró a esa zona montañosa en busca de semillas. Aparentemente falleció producto de la mordedura de una serpiente terciopelo que fue encontrada muerta cerca de una de sus manos.
Alfredo Corrales, hermano de Ulises, aseguró que la muerte de Moyo fue un golpe muy duro para él, sobre todo porque en su mente siguen resonando las palabras de aquella historia que el ecólogo le contó hace más de cinco años.
“Él siempre nos contaba eso, que un chamán le había dado esa predicción. Él era una persona muy tranquila, muy abierta y respetaba cualquier credo o religión, él decía que todos tenían un rol importante en la vida, entonces creer en esas cosas que decían ya quedaba en uno”, detalló.
Corrales dijo no recordar en cuál de los viajes de su hermano fue que conoció a ese chamán, pues Ulises andaba por todas partes conociendo nuevos bosques. Tampoco se acuerda si la predicción mencionaba algo sobre serpientes.
No más de 40
Curiosamente, desde antes de conocer al chamán, Moyo decía que no iba a llegar a ser un viejito de 80 años, creía que era difícil que llegara a cumplir tantos años.
“Antes de hablar con el chamán siempre me dijo que la meta de él era máximo llegar a los cuarenta años, que de ahí ya no pasaba, más que todo por el estilo de vida que llevaba. Entonces que si llegaba a los cuarenta años ya era un logro”, detalló Alfredo.
Corrales explicó que Ulises seguramente tenía ese pensamiento debido a varios incidentes que había sufrido durante su carrera como ecólogo, especialmente relacionados con serpientes venenosas.
“Esta sería la sexta serpiente venenosa que lo muerde, primero fueron dos terciopelos, luego una oropel, la cuarta que lo mordió y lo mantuvo más grave fue una terciopelo muy grande que prácticamente le mordió la mano completa y la quinta no recuerdo, pero también era venenosa”, detalló.
Montaña era su casa
La pasión de Moyo por la naturaleza empezó desde que era muy pequeño, pues su hermano recuerda que a los 8 años ya sentía una fascinación por los animales y las plantas.
“Era tranquilo y amable, apasionado por la naturaleza, siempre ayudaba a la gente en sus proyectos, le gustaba que la gente aprendiera, para él era importante que las personas tuvieran conocimiento”, dijo.
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El ecólogo se convirtió en un personaje muy querido en todo San Carlos, sobre todo por su carisma y humildad.
“Todo mundo lo quería mucho, porque él hablaba con un mendigo o un borracho de la misma forma que lo hacía con una persona importante del Gobierno, él no discriminaba a nadie, para él todo mundo era igual”.
Hasta el momento, la familia de Ulises no ha definido una fecha para su funeral, pues todavía están corriendo con todos los trámites y preparativos, por lo que cualquier ayuda que puedan recibir sería muy valiosa.