Sofía Calvo Rojas soñaba con superarse, quería trabajar y construir un mejor futuro; no obstante, ella no logró salirse de un círculo de violencia y se convirtió en la sexta víctima de femicidio en Costa Rica durante este 2025.
Diego Álvarez fue expareja de Sofía y tuvieron una hija; terminada la relación, él se convirtió en un amigo para ella, siempre la aconsejó; e incluso, le insistió para que dejara a su novio, pues sabía de la violencia que sufría; sin embargo, por más consejos, la joven no le hizo caso.
El sospechoso de matar a Sofía es un sujeto de apellidos Vargas Castro, de 37 años.
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“Sofía siempre quería superarse, trabajar, pero no se le daban las cosas, ese hombre la tenía muy amarrada, no la dejaba tener amigos, no la dejaba salir, le bloqueaba los números de las personas en el teléfono.
“No era porque ella no quería, sino porque no podía, ese muchacho era un gran vago, no trabajaba, entonces la pasaba cuidando todo el día”, manifestó Álvarez.
Detalló que la muchacha hacía rifas para poder pagar el alquiler del apartamento, el cual en apariencia, es de la mamá del sospechoso.
De esta manera era como la muchacha tenía un techo.
La última vez que Álvarez compartió con ella fue el año pasado, cuando la llevó a una entrevista de trabajo, Diego siempre trataba de cuidarla y también la esposa de él, pues temían por la vida de ella.
“Sofía iba a mi casa a tomar café con mi esposa, quien la acogió muy bien, hablaba con ella, la apreciaba mucho, le afectó su muerte”, dijo Álvarez.
El sospechoso de matar a apuñaladas a Sofía descuenta cinco meses de prisión preventiva. El femicidio fue descubierto la mañana de este domingo 9 de febrero en Ciruela de Alajuela.