Cuando doña Giselle Ortiz se enteró de que un señor falleció en Osa, tras ser atacado por un cocodrilo, su corazón se hizo un puño, pues en ese momento revivió el dolor que sintió al perder a su amado hijo, quien también falleció debido al ataque de uno de estos reptiles.
“Para mí fue terrible, me entró una cosa en el cuerpo como si fuera yo la que estuviera viviendo eso otra vez, pensando en ese dolor tan grande para esa familia”, contó Ortiz a La Teja.
El caso que revivió la pesadilla de doña Giselle ocurrió la mañana del pasado martes 20 de febrero, cuando don José Samuel Cruz Rivas, de 65 años, fue atacado por un cocodrilo cuando se encontraba recogiendo agua a la orilla del río Térraba, en Puerto Cortés de Osa.
El cuerpo de Cruz fue encontrado hasta la mañana del miércoles 21 de febrero por un grupo de personas que ayudó en su búsqueda. El cuerpo del señor fue hallado dos kilómetros río abajo de donde ocurrió el incidente.
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“Me puse tan mal al ver eso, le pedí demasiado a Dios para que su familia pudiera encontrarlo y gracias a Dios finalmente lograron hallarlo”.
— Giselle Ortiz, mamá de Chucho.
En entrevista con La Teja, doña Giselle dijo que el triste caso de don José Samuel la hizo recordar a su hijo Jesús López Ortiz, de 29 años, quien murió la mañana de sábado 29 de julio del 2023 al ser atacado por un cocodrilo en el río Cañas de Santa Cruz, en Guanacaste.
“Chucho”, como le decían de cariño a López, era futbolista del Deportivo Río Cañas, equipo que milita en la Liga Nacional de Fútbol Aficionado (tercera división). La trágica noticia sobre su muerte trascendió nuestras fronteras, pues medios internacionales también dieron a conocer lo sucedido.
Como el primer día
Casi ocho meses han pasado desde la muerte de Chucho, sin embargo, el dolor sigue latente en todos sus seres queridos, especialmente en su mamá, pues eran muy cercanos y Jesús siempre pasaba muy pendiente de ella.
“Para mí como mamá se siente como el primer día, para la familia ha sido algo muy doloroso. Ya había vivido algo similar con mi hija más pequeña, que falleció hace 21 años en un accidente de tránsito, y es algo que no se olvida nunca, el dolor sigue”, contó.
“Yo sinceramente extrañó todo de él, porque como mamá los hijos lo son todo para uno”.
— Giselle Ortiz, mamá de Chucho.
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Ortiz contó que el caso ocurrido recientemente en Osa no solo revivió su dolor, sino que otros seres queridos de Chucho también sintieron lo mismo, especialmente sus dos pequeños hijos de ocho y tres años.
“Mi hijo dejó dos niños, el chiquitito vive con la otra abuelita por parte de la mamá. Hace poco me mandaron un mensaje donde su otra abuelita decía que el niño se puso todo triste y lloró cuando vio la noticia (del ataque del cocodrilo). Dijo que no quería ver eso, porque él decía que era su papá. Apenas tiene tres añitos, pero entiende lo que pasó”, dijo doña Giselle.
Evitar el puente
Desde la muerte de su hijo, doña Giselle no ha vuelto a pasar por el puente sobre el río Cañas, ella evita a toda costa ese lugar, pues solo le trae malos recuerdos y un gran dolor.
Ella, incluso, aseguró a este medio que en ese río aún se encuentra el cocodrilo que acabó con la vida de Jesús, esto pese a que tras el incidente se había dado a conocer que unos policías habían matado a balazos al animal que aparentemente atacó a López.
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“Siempre me han venido a contar, porque yo no quiero pasar por ahí, que el cocodrilo grande que agarró a mi hijo todavía está ahí. Eso de que lo habían matado es mentiras, es uno grande amarillo que se mete a una cueva y todo mundo lo ha visto”.
La madre de Chucho contó que tras la muerte de su hijo, especialistas del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) la visitaron y le dijeron que se realizaría una intervención en el río, pero ella aseguró que nada ha cambiado.
“Ellos vinieron a visitarnos, hasta fuimos a ver la bóveda y pasamos a la plaza, me dijeron que ellos iban a hacer algo, que les habían enviado una nota de que tenían que hacer un conteo para ver si había sobrepoblación de cocodrilos y que iban a sacar a los más grandes, pero hasta el momento no he escuchado que hayan hecho algo, lo único es que pusieron unos rótulos”.
Para doña Giselle es muy doloroso saber que otra familia está sufriendo lo que ella vivió, por eso hace un llamado a las autoridades para que pongan más atención a este tipo de casos y tomen acciones en caso de que exista una sobrepoblación de estos reptiles.
“Todos somos humanos y lo que les duele a unos, nos duele a todos los que tenemos corazón, ya pasó lo de mi hijo y no me gustaría que otra familia tenga vivir lo que yo viví, es un dolor que no se lo deseo a nadie”, finalizó.