El analista criminal Kendall Vargas fue quien declaró este miércoles en el juicio por el robo de la bebé Keibril Amira García Amador y aseguró que hubo constantes comunicaciones telefónicas entre el acusado de apellido Casasola, la madre y la abuela de la bebé, antes y después de la desaparición.
El testigo aseguró a los jueces, del Tribunal Penal de Cartago, que su labor empezó cuando le solicitaron que realizará un rastreo telefónico.
Vargas debía analizar los números telefónicos de dicha familia y aseguró que el celular de la mamá de Keibril, una menor de 12 años, estaba a nombre de Casasola.
La investigación que realizó el analista permitió determinar que hubo comunicaciones entre el imputado y la madre de la pequeña el 9 de abril, en las horas en que el carro fue visto en Santiago de Paraíso y se dio la sustracción de la bebé.
“El evento principal se sitúa entre las 10:50 de la mañana y las 11:18 de la mañana, cuando se dio la sustracción de Keibril. Las cámaras de seguridad y los datos de las radios bases permitieron rastrear el desplazamiento del carro de Casasola desde su vivienda hasta el lugar donde fue secuestrada la menor, en la calle Mata Guineo, a las 11:18 a. m., cuando se habría dado la sustracción de la bebé”, dijo el investigador.
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La primera llamada para alertar la desaparición de la bebé fue 31 minutos después de que se la quitaron a la mamá.
El experto también revisó los correos electrónicos ligados a los tres celulares investigados.