Bismarck Espinoza Martínez, el guarda acusado de asesinar a la turista venezolana Carla Stefaniak, habría usado un carretillo para llevar el cadáver desde la habitación donde ella murió hasta el terreno donde lo encontraron después las autoridades.
Esta idea fue planteada este jueves en el juicio contra Espinoza por Guillermo Hernández, agente de la Sección de Homicidios del OIJ.
Desde que se descubrió el crimen de Carla (que habría ocurrido en la noche del 27 de noviembre de 2018), el papá de ella, Carlos Caicedo, siempre ha asegurado que en el homicidio participaron varias personas.
Le parece imposible que una sola persona haya sido capaz de cargar el cuerpo de su hija, de unos 90 kilos, por aproximadamente 96 metros y al mismo tiempo limpiar el lugar donde ella falleció.
Sin embargo, durante su declaración de este jueves el agente Hernández descartó que el sospechoso hubiera recibido ayuda para mover el cadáver e incluso explicó cómo habría hecho Espinoza para mover y esconder el cuerpo, que fue hallado el 3 de diciembre.
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Según Hernández, luego de cometer el crimen, el guarda fue hasta una bodega de herramientas del hotel villas Le Mas Provence, en Escazú, y sacó un carretillo.
“Lo más lógico, por las características del lugar, es que haya sacado el cuerpo para luego llevarlo treinta metros hacia el este, pasando por el parqueo, hasta una malla perimetral donde al lado hay un trillo por el cual habría descendido con el cuerpo”, explicó el agente.
Lona para arrastrarlo
Hernández dijo también que el carretillo no habría sido la única herramienta usada por Espinoza para llevar el cuerpo hasta donde lo encontraron. Todo indica que también recurrió a una lona para arrastrarlo y no tener que llevarlo cargado.
“El cuerpo estaba prácticamente desnudo, envuelto en una lona negra y con tierra encima. Estaba lleno de barro, tierra y rastros de vegetación, lo que hace presumir que fue arrastrado por ese trillo”, añadió Hernández.
El agente recordó que dentro de la bodega, a la que solo tenía acceso el personal de seguridad del hotel, encontraron un carretillo y una lona de hule negro muy similar a la hallada alrededor del cuerpo de Carla.
En los días que siguieron al descubrimiento del crimen, los investigadores decomisaron el carretillo con la esperanza de encontrar alguna evidencia (como un rastro de sangre, por ejemplo) pero las pruebas no dieron resultados positivos.
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La participación de otras personas en el crimen también fue descartada cuando el OIJ revisó la actividad del celular de Espinoza durante la noche del 27 de noviembre y la madrugada del 28 de noviembre del 2018.
El guarda no hizo ninguna llamada que llevara a pensar que estaba pidiendo ayuda para deshacerse del cadáver de Carla.
Tuvo tiempo
El homicidio de Carla Stefaniak habría ocurrido la noche del martes 27 de noviembre del 2018.
Según el agente Hernández, el guarda Espinoza habría contado con al menos nueve horas para deshacerse del cuerpo y limpiar la habitación que ocupaba Carla antes de que los demás huéspedes se levantaran.
El sospechoso no habría tenido ningún problema para limpiar el cuarto en pocos minutos porque se trataba de una labor conocida para él. Además de las labores de seguridad, Espinoza se encargaba de la limpieza cuando la señora a cargo no se encontraba en el hotel. Sabía dónde encontrar todo lo necesario sin tener que preguntarle a nadie.
Según explicó el agente, al día siguiente del homicidio (es decir, el 28 de noviembre) ocurrió una situación que a él le llamó mucho la atención: a eso de las 6 de la mañana, Espinoza le escribió un mensaje por medio de WhatsApp a sus jefes diciéndoles que iría a revisar los tanques de agua porque durante la noche había llovido mucho.
Esos tanques están a pocos metros de donde fue hallado el cuerpo de Stefaniak, por eso el investigador presume que Espinoza inventó lo de la revisión de los tanques para terminar de esconder el cadáver.
Lo de la lluvia fuerte habría ayudado a esconder ruidos en caso de que se hubieran dado.
Luchó por su vida
La autopsia hecha al cuerpo de la turista reveló siete heridas de cuchillo: tres en la cara, tres en el cuello y una en una mano; además había moretones en los muslos y en los brazos.
Hernández dijo que esas heridas, especialmente la de la mano, los llevó a pensar que Carla luchó por su vida hasta el final, pero falleció porque una de las puñaladas en el cuello le dañó dos vértebras.
Al momento de inspeccionar la habitación 8, en la que se hospedó Stefaniak, gracias a las pruebas de luminol lograron encontrar cuatro rastros de sangre cerca de la cama, los sillones y el baño, recordó el agente en su declaración.
“Las heridas que sufrió no comprometían vasos sanguíneos grandes, por lo que no iba a haber mucho derramamiento de sangre en la habitación”, dijo también.
Como el cuerpo de Carla fue encontrado prácticamente desnudo, el OIJ también manejó la versión de una posible violación e hizo pruebas en busca de fluidos.
El agente Hernández explicó que no lograron comprobar si hubo violación o no debido al estado de descomposición que tenía el cuerpo.