Carlo Díaz Sánchez, el fiscal general de la República, tiene las cualidades que distinguen a las personas esforzadas y con sueños por alcanzar.
Este viernes 24 de febrero cumplió 50 años, lo que celebramos y le conocemos popularmente como ‘la media teja’.
Díaz ha dedicado la mitad de su vida a la Fiscalía, pues tiene 25 años de carrera y desde finales de octubre del 2022 asumió como líder del Ministerio Público.
Y en sus manos aún tiene los callos que le han dejado la pala o el machete cuando trabaja en una finca propiedad de su papá.
Además, en las piernas tiene las marcas de los piñones de la bicicleta, las caídas y hasta el bronceados que quedan en las personas que practican ese deporte.
Ser funcionario del órgano acusador del país, trabajar en la agricultura y cletear, son parte de las pasiones de este líder judicial; sin embargo, la frecuencia con la que realiza las últimas dos actividades ha disminuido un poco, para enfocarse en sus labores como fiscal general.
“Le ayudo a mi papá en una finca de agricultura, yo chapeo y todo, tengo los callos del machete.
“Lo estaba haciendo hasta hace poco, ahora por el trabajo lo he disminuido, hasta antes de entrar a este puesto todos los sábados los dedicaba a eso”, contó Díaz a La Teja.
Además, practicaba bastante ciclismo, incluso había participado en la ruta de los Conquistadores, pero aunque ya no cletea con la frecuencia de antes, si mantiene esa disciplina.
“Lo he tenido que dejar un poquito de lado, pero no del todo porque es una válvula de escape también, para eliminar el estrés que se genera en este puesto, pero no lo hago al nivel que lo hacía con anterioridad”, recalca.
Sostuvo que en dos ocasiones sí terminó toda la ruta de los Conquistadores, en una tercera se tuvo que retirar y aunque en ese momento era cuando quizás estaba mejor físicamente, fue su despedida de esa ruda prueba, señala que no cree que vuelva a participar, por la edad y el poco entrenamiento.
¿Desde cuándo se vio en este puesto?
Díaz afirma que en 1997 hubo un concurso para optar por plazas en el puesto de fiscal auxiliar, debido a que entraba un nuevo Código Procesal Penal y fue así como entró a la Fiscalía.
“Un amigo me indicó que estaba ese concurso, porque yo no trabajaba para el Poder Judicial, decidí participar, hice el examen y obtuve una buena nota, me llamaron para ingresar a trabajar en la Fiscalía de Limón, propiamente”, recordó.
Estando en el Caribe fue cuando se visualizó siendo fiscal general algún día.
“Desde que iniciaba me fijé como meta ser un buen fiscal, incluso cuando estaba en Limón recuerdo que las personas que fungen como auxiliares judiciales siempre mencionaban fiscales que habían estado anteriormente y que hicieron muy bien sus funciones, entonces como meta me propuse ser como ellos”, manifestó.
Al llegar a este importante puesto, promete que trabajará con honestidad y dedicación para poner todos sus conocimientos al servicio del Ministerio Público.
“Vamos a marcar la diferencia en por lo menos devolver la confianza en el Ministerio Público, en ser un mejor órgano acusador, trabajar de manera expedita, en mejorar el ambiente laboral y las condiciones que tienen los fiscales, con todo esto materializar de alguna forma la justicia pronta y cumplida”, señaló.
Afirma que anda sin temores, porque confía en lo que hace.
En su carrera ha visto muchos casos de investigación, pero definitivamente los homicidios son los que más lo han marcado.
Carlo recuerda que estando en Limón descubrió el rice and beans y es parte de sus comidas favoritas. Al terminar su entrevista nos comentó sobre otros gustos que tiene.
“Me gusta mucho el rice and beans, le tomé el gusto cuando trabajé en Limón, antes de eso no lo había probado y ahora es una de mis comidas favoritas. También me gusta la comida coreana y la comida china, pero como de todo”, manifestó.
Pese a que le gusta leer, no le queda mucho tiempo con todos los expedientes que debe ver, ya que se propuso sacarlos de los estantes de las Fiscalías para que los procesos avancen.