La rápida coordinación entre la Policía de Fronteras de Costa Rica y el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) evitó que un vivazo que llevaba una enorme carga de guaro se saliera con la suya.
Aunque el bicho logró darse a la fuga en territorio panameño, el golpe que las autoridades le dieron a su bolsillo fue durísimo, pues dentro del camión que dejó botado había un cargamento de licores valorado en ¢43 millones.
Los hechos ocurrieron este sábado en la frontera sur, pero el decomiso del camión fue realizado por uniformados del Senafront en Río Sereno de Chiriquí, Panamá.
La oficina de prensa del Ministerio de Seguridad Pública explicó que todo inició cuando un grupo de oficiales de la Policía de Fronteras realizaban un recorrido y detectaron al camión sospechoso, el cual se dio a la fuga hacia Panamá.
Los uniformados ticos se pellizcaron y de inmediato dieron aviso a sus colegas del país vecino.
“Recibimos la alerta que el camión venía en fuga desde Costa Rica perseguido por la Policía y había cruzado el área fronteriza, por lo que nuestras unidades proceden a verificar ubicando el vehículo estacionado”, informó el Senafront en un comunicado de prensa.
Según las autoridades canaleras, el conductor se dio a la fuga por una zona montañosa y ni siquiera le dio tiempo de sacar las llaves del camión.
Dentro del vehículo los oficiales encontraron más de 600 cajas de licor de diferentes tipos, como ron, cervezas y vinos, los cuales fueron entregados a la Autoridad de Aduanas de ese país.
El Ministerio de Seguridad Pública destacó que este es tan solo uno de los muchos trabajos que han realizado con la Policía de Panamá, esto gracias a un convenio que manejan en el cual se un constante intercambio de información.