Las autoridades andan buscando al salvaje que le cortó el pico a un pequeño y tierno periquito.
En caso de que el ingrato aparezca, la nueva ley de bienestar animal le meterá una multa de entre ¢800 mil y ¢1,6 millones por agredir al ave.
El emplumadito llegó este jueves a la casa de una mujer, en barrio Jesús de Guápiles, y cuando ella vio la herida llamó a las autoridades.
“El perico estaba mal de salud, pareciera que le mutilaron el pico para que no le picara a la gente y le cortaron plumas de las alas para que no pudiera escaparse”, explicó Joaquín Vargas, trabajador del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).
Las autoridades desconocen quién tenía al ave en cautiverio, pero presumen que era algún vecino de la mujer, ya que el periquito no puede volar mucho.
“Este tipo de animales está en peligro de extinción, por lo que es ilegal tenerlos en una casa. Estos pericos son de una especie llamada zapoyol y en el mercado negro los pichoncitos cuestan ¢50 mil”, agregó Vargas.
El pajarito fue llevado al Centro de Rescate Animal Zooave, en La Garita de Alajuela.
Los especialista del centro lo evaluarán para ver si podrá regresar a su hábitat natural o deberá permanecer el resto de su vida en el centro.
Grecia le dará bolados.
Esta no es la primera vez que un ave sufre una salvajada como esta en el país.
Precisamente en el Zooave también está Grecia, una tucán que en el 2015 fue víctima de una brutal agresión en la que le quebraron el pico.
La agresión ocurrió en Grecia de Alajuela, de ahí su nombre.
Luego de un largo proceso la valiente logró recuperarse y con la ayuda de una prótesis tiene una vida prácticamente normal.
Ahora el periquito recibirá los consejos de Grecia, para poder acostumbrarse a una vida sin piquito.