Los peligrosos ingredientes los tenemos: el bullyng en escuelas y colegios, y las armas. Debemos evitar que se mezclen.
Las autoridades educativas, de Salud y de Seguridad Pública deben prestar toda la atención debida.
La Asamblea Legislativa, y en particular La Comisión de Seguridad y Narcotráfico, tienen su cuota en este reto con los cambios a la ley de armas y explosivos.
Y es que a las constantes matanzas en centros educativos en Estados Unidos, ahora se sumó la ocurrida este miércoles en Brasil.
Dos exalumnos de 17 y 25 años armados con una pistola, cuchillos, hachas y arcos mataron a cinco adolescentes y dos adultos antes de suicidarse.
También balearon y mataron al dueño de un negocio de carros usados cercano a la escuela Profesor Raúl Brasil en Suzano, donde ocurrió la matanza.
Tatiana Taucci, mamá del asesino más joven, ofreció una posible respuesta a la masacre: “Le llaman bullying... Dejó de ir a la escuela... a causa de eso” , contó añadiendo que estaba sorprendida por la participación de su hijo en el ataque.
Bullyng y armas, dos ingredientes peligrosos que desafortunadamente en cualquier momento se pueden mezclar en nuestro país. Las señales están ahí, y aunque en el país no tenemos una cultura armamentista, gracias a la abolición del ejército en diciembre de 1948, por parte de don Pepe Figueres, los tiempos han cambiado mucho.
Por eso la comisión que estudia el proyecto de armas deber valorar profundamente si se permite a los costarricenses amarse con una o tres armas de fuego, tema en discusión.
Por lo que viven Estados Unidos y Brasil, más la triste fama de imitadores que tenemos, creo que la respuesta sobre la cantidad de armas por tico es más que obvia.