Mantener buenas prácticas de privacidad es esencial para cualquier persona, sin distinción de edad, ya que estas funcionan como la primera barrera contra tratos discriminatorios, delitos informáticos y abusos alimentados por información personal.
En el caso de los menores, es crucial protegerlos específicamente de ciertos peligros. Entre los principales están:
a) Personas que buscan abusar de los menores. Todo padre debe ser consciente de que hay adultos, incluso conocidos, con intereses sexuales en menores, quienes pueden utilizar incluso el material más inocente para crear montajes de índole sexual. Estos individuos atacan a niños de todas las edades y, si logran comunicarse con ellos, pueden intentar seducir o amenazar a los menores para obtener material íntimo o concertar encuentros en lugares donde ellos tengan el control.
b) Acoso cibernético. El atacante a menudo realiza suplantación de identidad, montajes y críticas destructivas, utilizando información personal para amenazar, ridiculizar o intimidar al menor.
Lamentablemente, son frecuentemente los propios padres quienes, por exceso de confianza en amigos o desconocidos, comparten en redes sociales contenido de los menores de forma indiscriminada. A esto se le conoce como ‘sharenting’, donde el padre, por desconocimiento, expone al menor.
Es crucial reducir al máximo la huella digital de los menores y acompañarlos en el uso responsable de la tecnología.
¡Proteger a la niñez es responsabilidad de todos!
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Lic. Adalid Medrano, especialista en Derecho Informático. Teléfono: 8979 6820.