Escuchar
Campitos Bar, popular negocio en el centro de Guadalupe, era uno de los lugares favoritos de algunos de los funcionarios del Conavi detenidos por el caso Cochinilla ya que ahí, aparentemente, se pegaban la fiestica, tomaban y se apretaban de buenas bocas.
El negocio está ubicado de la Cruz Roja de Guadalupe 50 metros al este y 50 metros al norte y es citado muchas veces en el expediente del caso.
Un cuidacarros y vendedor de tarjetas telefónicas nos contó que ese negocio es el mejor bar de Guada.
“Tiene muchos años, pero la comida es rica, la gente la pasa bien y además ponen buena música y a mucha gente le gustaba venir a cantar, esos ‘los del Conavi’, yo conozco a dos que en algún momento los vi aquí mismo, pero claro, uno jamás piensa que algo así pueda suceder, cuando escuché las noticias en la tele quedé impresionado, pero claro, venían aquí porque saben que esto es calidad”, dijo el guachi, que prefirió no revelar su nombre.
Según el expediente del caso, entre las dádivas que les daban a los involucrados eran lujitos para sus “fiestas” y nos aseguran que las bocas de chicharrón y de sopa azteca en el barcito son más buenas que las de los hoteles más lujosos.
En el expediente dice que el exgerente del Conavi, Carlos Murillo, se pegaba las fiestas con ingestas excesivas de licor en el bar por cortesía de las constructoras Meco y H. Solís.
“Entre el 17 y 20 de diciembre del 2019 Carlos Solís Murillo, gerente financiero de CONAVI, estando en cobro facturas de la empresa MECO en el Departamento Financiero de CONAVI, faltando a su deber de probidad en la función pública, según lo acordado con Tobías Arce Alpízar y Abel González Carballo (gerente de operaciones de MECO) recibió de este último una dádiva consistente en 300 mil colones en efectivo, ¢45.000 como reintegro de una factura que Solís Murillo pagó al administrador de Campitos Bar, así como una botella de licor”, dice el expediente.
Solís realizó varias fiestas en dicho negocio, una de ella también fue patrocinada por un hombre de apellido Araya de Constructora El Guarco, aparentemente, para cambiar una orden de servicio y poder pasarla por un precio mayor y así cobrarlo.
En varias de las intervenciones telefónicas queda claro lo que disfrutaba Solís pegándose las fiestas en dicho lugar y cómo la pulseaba para que se las patrocinaran las constructoras. Además, en el negocito varias veces Solís habló de “negocios” con los empresarios.
Un cliente del famoso bar, que solo quiso identificarse como Mario, dijo que es muy probable que los involucrados en el caso extrañarán ir al negocito a mandarse sabroso.
“Diay....(risas), ¿qué le puedo decir?, escogieron buen lugar porque el que nunca ha venido a Campitos no sabe lo que se pierde, ahora les va a hacer falta venir porque se la pasa muy bien uno por aquí, hay buen licor, buena comida, lo chinean a uno, nada qué envidiar”, dijo don Mario, quien aseguró ha visitado el bar muchas veces.
La Teja intentó conversar con Campitos, dueño del bar, pero no hubo respuesta. Aclaramos que el lugar no tiene nada que ver con la investigación, su “pecado” es dar buen servicio y buenas bocas.
Este sábado a la 1:30 p. m. se darán a conocer las medidas cautelares para los investigados del caso Cochinilla, que cumplen 13 días de estar encerrados en el OIJ.
