El motor de las motos se han convertido en la esperanza para un bebé de un año y ocho meses que se emociona al creer que el papá está cerca, sin embargo, el inocente aún no comprende que su papito no regresará, porque fue víctima de un homicidio.
Esta cruda realidad es la que vive una familia de Esparza, en Puntarenas, que perdió a Jonnathan Aarón Cubillo Cascante.
Karla Cubillo, mamá del joven, menciona que aún no se explica por qué mataron a su hijo, pues no le conocían problemas. A ella le duele ver cómo sufre su nieto, que lleva una semana esperándolo.
“Él escucha una moto y se viene corriendo, grita: ‘Papáa’, solo le decimos: ‘¡no, mi amor!’, él espera, está desesperado por verlo, se despierta en la noche llorando por el papá, porque tiene muchos días que no lo ve”, expresa la abuelita.
El niño además lo busca hasta por fotos, a las que abraza o besa como si el papel le trajera los brazos de su papá.
“Agarra la foto que teníamos en su funeral y le da besos, solo dice: ‘papá, papá', a veces le decimos: ‘ahorita viene’, entonces se asoma por el portón y espera la moto”.
Incluso, la abuelita cuenta que cuando llega un motociclista a la casa, el pequeño se le queda viendo detenidamente, quizás esperando reconocer a su papá.
“Los amigos de mi hijo vinieron a la vela y mi nieto sale y se les queda viendo a todos, buscando la cara de su papá”, mencionó Karla.
Justamente Aarón, nombre que más le decían, andaba en moto y siempre llegaba a casa de su hijo en ella.
La última vez que este niño vio a su papá fue los días viernes 20 y sábado 21 de octubre, días que le celebraron el cumpleaños número 27 a Aarón.
El sábado Aarón estuvo un rato en la casa en la noche y al rato salió porque quería celebrar junto a sus amigos su nuevo año de vida.
De ese cumpleaños la familia tiene fotos de padre e hijo juntos, sin saber que además de festejo, sería también una despedida.
“Disfrutó esa noche con su bebé, porque él no vive con nosotros, la mamá ese día me lo trajo, mi hijo estuvo corriendo con mi nieto, lo alzó, estuvo con nosotros, fue tan bonito, siempre he tenido la costumbre con mis hijos, desde que nacieron, que aunque sea un queque les celebro sus cumpleaños, no pasa un año que no les celebro, aunque sea algo chiquitito, pero siempre he tenido la costumbre de celebrarles porque son la razón de mi vivir”, manifestó esta madre.
La fiesta fue familiar y aunque deseaban que el tiempo no pasara, la terminaron casi a la 1 a. m. solo porque al día siguiente el joven debía ir a trabajar temprano.
Aarón fue asesinado dentro de un bar en Esparza, luego de que, al parecer, hubo un altercado.
De acuerdo con el OIJ, en el sitio se armó una discusión y esto desató una balacera.
“Tuvo una discusión con otro sujeto y en determinado momento un tercer hombre intervino y le habría disparado, impactándolo en al menos tres ocasiones en el pecho”, explicaron en el OIJ.
Murió al ser herido por la espalda; su agresor no ha sido detenido.
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Beso de despedida
Al joven de cariño le decían Pan, estuvo desempleado y hacía un mes y medio entró a trabajar en una empresa de aceros para construcción, justamente era el lugar en el que el muchacho quería ganarse el sueldo.
“Las últimas palabras que me dijo fue: ‘¿me veo guapo?, ma, ya casi regreso’, esa noche se despidió de sus hermanas, mi mamá y de mí, nos dio un beso en la frente cuando estábamos sentadas en la mesa, no lo hacía de manera regular, abrazó a su bebé y le dijo que ya regresaría”, recordó esta mamá en medio de lágrimas al recordar cuando lo vio por última vez.
Aarón era la mano derecha para doña Karla, porque es mamá soltera y ahora ella solo piensa en no derrumbarse, porque desea ayudar a su nieto.
“No tengo tiempo para derrumbarme, porque sino, ¿quién trae la comida a la casa?, ¿quién más va a ayudar a mi nieto?, si era la responsabilidad de mi hijo; él necesita pañales, comida, ropa, todo esto nos duele”, expresó esta madre.
Puntarenas es la tercera provincia más violenta del país, la falta de educación y de trabajo están cobrando la vida de muchos jóvenes.