Los integrantes de las bandas criminales de Costa Rica están adquiriendo armas de guerra para atacar a sus rivales y a la Policía, los cuales también acaban con vidas de inocentes.
Así lo confirmó Michael Soto, subdirector del OIJ, ante el hecho de que este martes llegamos a la lamentable cifra de 700 homicidios en lo que va del año.
Soto señaló que las autoridades judiciales también manejan la versión, que informó La Teja en la edición de este martes 10 de octubre, de que habría un tráfico de armas de fuego traídas desde los países de la zona norte como México, Honduras, entre otros, hacia Costa Rica y países vecinos.
“Creemos que hay un flujo importante viniendo desde el norte hacia el sur y está afectando a todos los países, no solo a Costa Rica y también hemos visto otras armas de guerra como M16, Galil y recientemente lanza granadas o granadas de fragmentación” manifestó.
Justamente, el experto en Seguridad Gustavo Mata le habló a La Teja sobre esta situación que se está presentando en suelo tico, que estos grupos estarían comprando armas largas y pagando con drogas, justamente ante la gran cantidad de sustancias ilícitas que entran a suelo tico.
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Soto manifestó que el narcotráfico es muy lucrativo y esto implica que bandas que tienen operaciones en territorios muy cercanos, luchen en contra del grupo que está a la par.
Sostuvo que el 81% de los homicidios que ocurren en el país son con armas de fuego, años atrás la mayoría eran los puñales; sin embargo, en la actualidad el arma más utilizada es la pistola y de 9 milímetros, aunque también están usando fusil AR-15 calibre 5.56, que es para uso militar o policial, usadas tradicionalmente por cárteles mexicanos.
“Hay una preocupación importante de parte nuestra para tratar de contener este tipo de circunstancias y por eso allanamientos constantes, trabajos en conjunto”, señaló.
En el análisis de la Policía encuentran que la mayoría de víctimas de homicidios son hombres entre los 18 años y 30 años, con baja escolaridad, vecinos de zonas urbanomarginales o de las costas.
“Son personas que están en una etapa productiva de la vida y podrían dedicarse a otro tipo de actividades que favorezcan al país; sin embargo, han optado por enriquecerse con facilidad y ser parte de estos grupos y esto es lo que tiene sangrando a Costa Rica”, señaló Soto.