Valeria Valverde Fernández, de 24 años, habría sido una víctima inocente de una balacera que cobró la vida de ella y de otro hombre, en un bar en San Juan de Dios, Desamparados, San José.
La joven estaba ilusionada porque solo le hacía falta una cuota para terminar de pagar la propiedad que había comprado en San Rafael Arriba de Desamparados, y eso fue una de las últimas cosas que le dijo a su papá, don Roy Valverde.
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Su padre recuerda con dolor como su hija se esforzó por salir adelante, y ahora por culpa de la violencia no pudo seguir disfrutando de su empeño.
La balacera ocurrió la noche de este lunes 11 de noviembre, cuando Valeria llegó a un bar junto con su pareja para cenar.
Don Roy es chofer de bus y él estaba esperando salir con una carrera cuando vio que en un grupo le avisaba que el paso estaba cerrado por el bar Loras, debido a un doble homicidio, minutos después se enteró que una de las víctimas era su hija.
“Mi hija se especializó en manicure, también era lashista (colocar pestañas postizas y cejas). La última vez que hablé con ella fue días antes, cuando me preguntó si estaba en Aserrí y luego me dijo que iba para el banco porque iba a pagar la casa. Me dijo: ‘papi, me queda solo un cobro nada más, bendito Dios ya voy saliendo’ Solo le quedaba un pago de la casa que había comprado.
“Cuando supe de la balacera llamé a la casa y le pregunté a mi hijo, que también se llama Roy, ¿qué era lo que había pasado? y me respondió con una pregunta: ‘¿papi, usted dónde está?’. Le dije que en Valencia de Desamparados y ahí me dijo que habían matado a Valeria, esto fue algo fatal”, recordó con un inmenso dolor este padre.
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A don Roy le detallaron que su hija estaba comiendo cuando dos hombres sacaron una pistola, poniendo en peligro la vida de los demás inocentes.
El otro fallecido en este tiroteo fue Diego Arias, de 47 años; Valeria lo conocía a él, pues al parecer, hace un tiempo había sido su padrastro; no obstante él no andaba con ella en el bar.
“Él en su agonía hizo un disparo y fue el que alcanzó a Valeria; eso es lo que nos dicen, o sea fue una bala perdida”, manifestó Valverde.
Valeria forma parte de la triste cifra de 66 mujeres asesinadas en estos once meses del 2024. A ella la despidieron en el cementerio de Aserrí.
“Mi hija andaba con su pareja, porque siempre andaba con él; creo que él tuvo que haber visto todo no he querido tocar con él este tema, pero mi hija murió en los brazos de él, ya que la bala le entró por detrás de una oreja”, detalló.
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Muchacha asesinada en bar dejó regalo especial a papá
Valeria estaba llena de ilusiones y una de las últimas metas la había cumplido hacía un mes cuando estuvo en Cartagena, Colombia.
“Uno de los últimos videos que me mandó fue cuando iba abordando el avión. Estando allá me tuvo presente y me compró unos recuerdos, no me los había podido dar y me los entregaron luego de su funeral”, señaló el papá.
Entre los recuerdos le dejó un adorno que dice: “la sangre de Cristo tiene poder”, y este es uno de los que ahora su papá conserva con mucho cariño, pues fue el último regalo que ella le dejó con un lindo mensaje.
Los bares también se han convertido en sitios en los que mueren personas inocentes; el 8 de setiembre anterior mataron a María José Castro Miranda cuando disfrutaba, junto con su esposo y una sobrina, en el bar-restaurante Cahuita Town en barrio Luján, San José.
El pasado 30 de octubre otro hecho de violencia ocurrió en Poás de Aserrí, cuando una mujer y un bebé de 10 meses fueron asesinados a balazos. La madre del bebé también resultó herida; por este hecho aún no hay detenidos.
Costa Rica registra 766 homicidios en los once meses que llevamos del año.