EscucharKendall Ricardo Myrie Barrantes tenía tan solo 17 años y ya era un joven lleno de metas, entre las cuales estaba convertirse en un ingeniero de sistemas.
Su horizonte ya lo tenía trazado, porque recientemente recibió su título de bachiller de secundaria. Además sabía sobre mecánica de motos y trabajaba en eso.
No obstante, su corta vida fue apagada por culpa de la violencia que golpea a Costa Rica.
El joven regresaba a su casa, ubicada en la urbanización Tiribí, en las cercanías de la escuela Ciudadelas Unidas, en Alajuelita, luego de cumplir con su jornada de trabajo, cuando recibió varios balazos frente a su casa. Los tiros los recibió en la cara, el pecho y la axila derecha, provocándole la muerte en el sitio.
La familia y muchos allegados de Kendall, aseguran que a él lo confundieron, por lo que es otra víctima inocente de las constantes balaceras que ocurren en el país.
Kendall no tenía antecedentes, tampoco era de vicios, la pasión del joven eran los deportes, la mecánica y estudiar.
Rosa Portuguez, abuelita materna del joven, le confirmó a La Teja que a él le encantaba jugar voleibol y lo hacía con el equipo del Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Alajuelita.
En este equipo era el capitán.
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Pese al dolor de haber perdido a un nieto formidable, doña Rosa asegura que tiene paz, porque su confianza está puesta en Dios y solo espera que la justicia terrenal haga su trabajo.
“No nos corresponde a nosotros tomar la justicia, las autoridades tienen que hacer algo, porque no tienen que seguir sufriendo tantas personas, sabemos que es demasiada la delincuencia”, expresó la abuelita.
Mencionó que a su ser querido lo cremaron este jueves y el sábado les entregarán las cenizas. La hija de doña Rosa, Sharlin Barrantes, mamá de Kendall, aún no le ha dicho si las conservará o las sepultará.
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Este caso está en manos de los investigadores de homicidios del OIJ, quienes de momento no han dado con los responsables de la muerte de Kendall.
