La ruta en el Zurquí donde falleció un senderista Marvin Pérez Saballos, de 33 años, es muy peligrosa y expone a quien camina por ella a varios peligros para llegar primero a un río y luego a una ermita de la que solo queda una placa y un pedazo de la cruz.
En La Teja buscamos a José Campos, experto en montañismo y rescate, para que nos contara cómo es ese lugar.
Campos ha caminado en el Zurquí desde 1987 para atender distintas emergencias por accidentes aéreos y rescates de personas
El experto nos contó que en redes sociales se promocionan caminatas en estos lugares, que además no son permitidas y ponen la vida en riesgo.
“Hay guías ofreciendo tours a esos sitios en redes sociales, ningún guía estudiado, certificado se atrevería a llevar gente a ese sitio por lo peligroso que es y a muchos otros”, dijo Campos.
El experto asegura que para llegar al sitio donde ocurrió la tragedia que cobró la vida de Marvin y provocó gran angustia en las otras 7 personas que iban con él, la ruta más segura es entrando por San Jerónimo de Moravia, pues el camino es más plano.
Sin embargo, hasta donde se tiene conocimiento el grupo entró por la ruta 32, después del túnel.
“Después del túnel en la ruta que se va a Limón a mano derecha hay un punto que le llamamos La Ventana que se ve Coronado, el Bajo La Hondura y se ve el Atlántico en forma como una V, hace muchos años esa ruta, el Bajo La Hondura, era donde estaba el campamento de la empresa Monolítica que la trocha y luego la construcción de la ruta 32, en los años 70 y 80 había por ahí un camino para carros, ya luego se dejó de usar”, comentó Campos.
Sin embargo, en la actualidad, desde ese punto hay muchas pendientes y el acceso es difícil, por lo que es necesario usar cuerdas para hacer rapel.
De la orilla de la carretera al río La Hondura son dos kilómetros, según Campos en el río no hay nada espectacular.
Un kilómetro y medio más arriba estaba la antigua ermita construida en honor al primer obispo de Costa Rica, Bernardo Augusto Thiel, pero solo quedan ruinas, una placa y un pedazo de la cruz blanca que había.
A menos de tres kilómetros se encuentra el Alto de La Palma y de ahí la caminata es pequeña para salir de la zona.
“Aunque las distancias son cortas hay muchas curvas, el terreno es pendiente, y peligroso al entrar por la ruta 32, esos terrenos se falsearon desde la construcción del túnel y por eso puede caer un terraplén o una piedra de gran tamaño″, explicó Campos.
Para los caminantes no solo es peligroso que sufran una caída, también la constante caída de árboles que, además de provocar una tragedia, puede borrar la ruta de regreso porque por la cantidad de naturaleza que hay la zona es muy espesa y en cuestión de segundos las personas pueden perder el “norte” de la ruta por donde van caminando.
Campos asegura que en esa parte del cerro no es tanto el frío que hace porque no está tan alto, puede rondar los 10 grados y normalmente es bochornoso como el clima en Guápiles y Sarapiquí.
En la zona también se ven jaguares, saínos, pavas, guatusas y hay muchas muchas serpientes como las terciopelo, que son muy venenosas.
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“Es necesario ya hacer un alto a este tipo de senderismo a lugares peligrosos porque no solo se pone la vida de los afectados en riesgo, sino también de los rescatistas y las personas que atienden este tipo de emergencias”, pidió Campos.
En este caso los caminantes nunca estuvieron perdidos, pues tras el accidente el guía los dejó en un sitio mientras buscaba ayuda.