Un árbol de vida permitirá que la familia de Karolay Serrano Cordero, de 25 años, la recuerde para siempre cada vez que va al cementerio.
Doña Rosmery Cordero, mamá de Karolay, asegura que en medio del dolor y la pesadilla que le ha tocado vivir, una de las cosas que más la angustiaba era cómo iba a despedir a su “princesa mayor”, por lo costosos que son los funerales.
La señora había empezado a pagar un plan para que cuando ella muriera, sus hijos no tuvieran que correr, pero jamás esperó tener que despedir a una de sus hijas.
La señora dice que en este duro camino se topó con muchos ángeles que le tendieron la mano con la despedida y el funeral.
La funeraria Valle de Paz, por ejemplo, le regaló todo para que pueda velar a su hija y trasladarla al cementerio.
“Dios ha sido demasiado misericordioso conmigo, me ha dado este dolor, pero no me ha dejado sola con todo porque hemos encontrado ayuda de personas que viene de su corazón y no saben lo que nos están ayudando y bendiciendo”, dijo Cordero.
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La mamá de Karolay la quería sepultar en el cementerio de Heredia porque ellos viven en La Milpa, en Guararí, pero no se pudo por espacio.
Además, la congoja para ella era que debían alquilar un nicho y a los cinco años ver dónde la pasaban, o volver a pagar.
Sin embargo, para la mamá la preocupación se terminó la noche del martes cuando la contactaron de la funeraria Camposanto La Piedad para regalarle la cremación y el servicio llamado árbol de vida.
“Sentí una paz cuando ellos me llamaron, cuando me dijeron de la cremación me asusté un poco, porque nunca lo había pensado, en una parte del expediente por el caso de mi hija dice que ellos pensaron en rociarla con gasolina y quemarla y entonces le pregunte al papá de Karolay (padre de crianza) qué opinaba, pero el muchacho del Camposanto me explicó todo con mucha paciencia y la verdad me pareció algo muy bonito, que a mi hija le hubiera gustado, porque nunca había conversado con ella sobre qué hacer si fallecía”, dijo doña Mery.
Vida para siempre
El árbol de vida consiste, según explicaron en la funeraria, en que la familia del fallecido coloque las cenizas en unas urnas hechas a mano, que son 100% biodegradables.
La urna está hecha a base de tierra y abonos, compuestos como sustrato orgánico vegetal, fibra, arena y aglutinantes vegetales.
Al quitar el tapón se introducen las cenizas y la semilla, de donde nacerá un arbusto, para que el recuerdo perdure por siempre junto a la naturaleza.
“Nos dicen ellos (en la funeraria) que es para dar un homenaje de vida y de lo importante que ella fue para todos nosotros”, dijo la mamá.
A la par del árbol se coloca una placa con el nombre de la persona.
“Yo sé que ese árbol nos va a recordar a mi hija, ella era una mujer que le gustaba ser diferente a los demás, le gustaban las cosas bonitas, siento en mi corazón que le hubiera gustado mucho está despedida”.
Doña Rosmery asegura que además este tipo de funeral permitirá que si su nieta Amanda, de tan solo tres años, quiere ir al cementerio, ese espacio donde descansarán los restos de su mamita, será distinto.
“Amandita ya sabe que su mamá falleció, le hemos dicho las cosas con mucho amor, y ella ha sido una niña muy madura e inteligente, yo le he dicho que su mamá ahora es la estrellita más brillante y hermosa del cielo y ella a todos les dice eso, ‘mi mami es una estrellita’ esto es un proceso y estamos tratando de que ella sienta todo el amor que le tenemos en casa”, dijo.
Además doña Rosmery y su familia participarán en varias charlas para ayudarlos a confrontar el dolor.
A la espera
Cordero contó que todavía no saben cuándo las autoridades judiciales le van a entregar los restos que encontraron de su hija.
“Todavía estamos esperando porque faltan varias pruebas, nos habían dicho que en dos meses sabíamos si era ella o no, pero en un mes nos lo confirmaron, ahora debemos tener paciencia, pero aunque siento mucho dolor sé que todo lo que están haciendo en San Joaquín (Complejo de Ciencias Forenses) es necesario para que se pueda hacer justicia por la muerte de mi hija que para mi ahora es lo más importante”, dijo la mamá.
Karolay desapareció el 12 de agosto del año pasado, el OIJ determinó seis meses después que fue asesinada y enterrada en las faldas del volcán Barva en Heredia.
Un hombre de apellido Cubillo, con quien se dice que tenía una relación, es sospechoso de pagar ¢50 mil a dos sicarios para que mataran a la joven y así evitar que la mujer con la que él vivía se enterara de la relación que tenía con Karolay.
Cubillo, su supuesto cómplice y uno de los supuestos sicarios descuentan prisión preventiva.