EscucharDon Alcides Parajeles Araya, un agricultor de 73 años, ha dedicado gran parte de su vida a proteger el medioambiente, especialmente a los animales silvestres; sin embargo, esta noble labor le ha traído varios enemigos.
Desde hace casi un mes este vecino de la reserva Golfo Dulce, en bahía Chal de Osa, Puntarenas, perdió la paz, pues uno de los supuestos cazadores que él había denunciado lo amenazó de muerte.
Se trata de un hombre de apellidos Castro, quien el pasado miércoles 24 de abril habría llegado con machete en mano hasta la casita del ambientalista para decirle que no se volviera a meter en su camino.
“Te voy a matar por sapo”, asegura don Alcides que fueron las palabras de Castro.
Al día siguiente de ese aterrador encuentro, el señor decidió presentarse al juzgado de Osa para poner una denuncia en contra del supuesto cazador.
“Son muchas las denuncias que he puesto y lo que piensan es en matarme, entonces esa es mi preocupación. Otros campesinos que son adultos mayores también han sido amenazados porque se oponen a que les roben en la finca y a que maten animales silvestres”, dijo.
El pasado martes 30 de abril, el Juzgado de Osa dictó medidas de protección a favor de Parajeles, indicándole a Castro que tiene prohibido agredirlo o intimidarlo de cualquier forma, además deberá mantenerse a una distancia de 200 metros del señor y de su casa. Estas medias fueron impuestas por un año.
Sin embargo, don Alcides asegura que ni siquiera estas medidas evitaron que el hombre lo amenazara de nuevo, pues la semana pasada se topó a Castro y este se acercó para decirle que no fuera sapo y que dejara de meterse con él.
Daría la vida
Pese a toda esta situación, Parajeles, quien ganó el premio Guayacán en el 2017 (máximo reconocimiento a la defensa de la naturaleza), dijo no dará ni un paso atrás en la lucha que viene sosteniendo desde hace más de 40 años.
“Si tengo que dar mi vida por defender a la naturaleza lo haré. Aquí he tenido que enfrentarme a cazadores que llegan a matar de forma despiadada a los animales, así como a cortar árboles para convertirlos en madera y vender sus piezas”, mencionó.
Más allá de estas amenazas, asegura que lo que realmente lo entristece es sentir que está completamente solo en esta lucha por defender a la naturaleza.
“He visitado en varias ocasiones la Asamblea Legislativa y me he reunido con diputados y ministros para solicitarles ayuda para la protección de la naturaleza en esta zona, pero pareciera que a nadie le importa este asunto”, añadió.
En lugar de esconderse dentro de su casa por temor, Parajeles más bien está poniéndose las pilas para solicitarle al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) la reapertura del puesto de control que tenían en el cruce de Finca Alajuela en Chacarita de Osa, pues aseguró que esa zona se ha vuelto muy vulnerable.
