Doña Marjorie Barrantes decidió llamar a su hijo Brandy Ranses Castro Barrantes cuando nació el 17 de abril del 2000, sin embargo, veintiún años después el joven fue rebautizado como Milagro.
Así es como ahora los amigos y compañeros de trabajo conocen a Brandy y de verdad que calza a la perfección, ya que él fue el único sobreviviente de un trágico choque ocurrido el viernes 4 de junio del 2021 en Cervantes de Alvarado, en Cartago, donde cuatro personas perdieron la vida.
“A mí todos en la empresa me conocen como Milagro, usted pregunta por Brandy y nadie me conoce, pero usted pregunta por Milagro y todo mundo le dice hasta donde vivo”, contó el joven.
El fatal hecho que cambio la vida de Brandy para siempre ocurrió a las 6 de la mañana, cuando él y su compañero Luis Diego Godínez Badilla se encontraban dentro de un camión que le vendía servicios a la empresa costarricense Florida Ice and Farm Company (FIFCO) haciendo entregas.
Fue en ese momento, un camión cargado de madera se quedó sin frenos por lo que chocó primero contra un carro y luego se estrelló contra el camión repartidor. Los tres vehículos quedaron hechos pedazos, pero Brandy salió con vida del accidente.
En ese trágico hecho perdieron la vida el compañero de Brandy (Luis Diego); el panadero Miguel Araya Paniagua, de 66 años, quien manejaba el primer carro chocado por el camión; así como José Delfino Cubillo Castrillo, de 60 años y quien manejaba el camión maderero y su acompañante, Leidy Valencia Serrano, de 37 años,
Larga recuperación
Brandy contó que debido al accidente tuvo que pasar incapacitado siete meses, pues sufrió varias lesiones, principalmente en su cabeza, por lo que los médicos prefirieron que guardara reposo durante todo ese tiempo.
“Tenía muy inflamado el cerebro y tuve una lesión en el manguito rotador del hombro izquierdo, entonces tenía que esperar a que el hombro se recuperara.
“Duré como cinco meses yendo al INS para que me hicieran radiografías y TAC del cerebro, porque sufrí muchos golpes en la cabeza”, contó.
Afortunadamente Milagro no quedó con ninguna secuela de gravedad, para él eso fue obra de Dios, pues aún no logra explicarse cómo salió de ahí con apenas algunas heridas.
“La verdad es que a veces me agarran dolores de cabeza, mareos y cosas así, pero siendo sincero eso no es nada en comparación con lo que realmente me pudo pasar ese día”, añadió.
— “A veces me dan dolores de cabeza y mareos, pero para lo que pudo pasarme eso no es nada”, dijo Brandy Castro.
De vuelta al brete
Una vez superada la larga incapacidad, Brady pudo volver a trabajar e incluso encontró un mejor empleo.
“Ya estoy aquí de vuelta con los camiones, entré a trabajar de nuevo el siete de diciembre. Firmé contrato directo con otra empresa más grande, que es como decir la mano derecha de la cervecería”, añadió.
Castro contó que aún sigue trabajando en distribución, es decir como ayudante en los camiones repartidores de producto, además admitió que al principio le costó mucho subirse de nuevo a un camión.
“Obvio que me sentí muy incómodo, con mucho miedillo, pero tenía que pensar en mi familia, especialmente en mi hija y en mi esposa, porque yo tengo que velar por ellas, entonces de ahí saque las fuerzas”, reconoció.
— “Casi todos los viernes y martes yo voy a Turrialba por cuestiones del trabajo, entonces pasó por Cervantes”, dijo Brandy Castro.
Sigue pasando por ahí
El joven dijo que él no recuerda nada sobre el accidente, pues minutos antes de que este ocurriera se quedó dormido, y según él esto habría sido lo que le salvó la vida.
Sin embargo, el pasar cerca del lugar donde ocurrió la tragedia siempre le produce una sensación muy extraña.
“Aún pienso mucho en el accidente, más que todo cuando voy a Turrialba, me da miedillo cuando paso por Cervantes, pero tengo que vivir con eso y yo sé que en algún momento lo voy a superar”, señaló.
Castro también recordó la situación especial que ocurrió con su pequeña hija de 4 años el día del accidente, pues ella fue la primera en saber que él había sobrevivido al choque.
“Mi hija no sabía nada (del accidente), ella estaba dormida y de un pronto a otro se levantó y empezó a decir: ‘papá no está muerto, papá no está muerto’. La relación con mi hija siempre ha sido algo increíble”.
La vida de Brandy cambió para siempre desde que recibió esa segunda oportunidad, por eso es que ahora aprovecha al máximo el tiempo para estar con sus seres queridos.
“Por más problemas que hayan en la casa nunca salgan enojados con su familia, porque uno nunca sabe si va a volver, yo tenía problemas y a veces me iba bravo, pero con cosas como la que me pasó uno entiende que no debe ser así”.