Tal y como se ve en las películas, los agentes encubiertos tienen la difícil y ruda misión de hacerse pasar por delincuentes para infiltrarse en organizaciones criminales y obtener información que les permita detener a los miembros del grupo delictivo.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y debido al avance de la tecnología ahora existen grupos criminales que ni siquiera necesitan reunirse para armar sus planes y cometer sus fechorías, como sucede con las organizaciones dedicadas al hackeo de instituciones públicas y las redes que difunden pornografía infantil.
Ante este panorama, el OIJ considera que es imprescindible ampliar las herramientas con las que cuentan los agentes encubiertos, pues deben continuar con su labor de infiltrarse a grupos criminales, pero esta vez de forma virtual.
Así lo expuso el jueves pasado Walter Espinoza, director del OIJ, ante los diputados de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa, a quienes les pidió reformas que respalden el trabajo de los agentes encubiertos virtuales.
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“En los últimos tiempos el tema del ciberdelito ha aumentado, la manera en que se generan las actividades criminales no son de encuentros ni de violencia y nosotros estimamos que debería legislarse en el sentido no solo del agente encubierto, sino también del agente encubierto virtual.
“Con eso me refiero a la posibilidad de investigar casos como los que nos están afectando de hackeo mediante la utilización de identidades simuladas. Obviamente serían definidas por el ministerio Público y de pronto con control jurisdiccional, pero que nos permitan hacerlo y que, además, sea válido y se pueda incorporar al proceso”, explicó Espinoza.
Acercamiento virtual
El director del OIJ indicó que los casos relacionados con pornografía infantil serían una de las prioridades de los agentes encubiertos virtuales, pues es uno de los ciberdelitos que ha aumentado en los últimos años.
El caso más reciente ocurrió este jueves, cuando un hombre apellidado Lizano Rojas, de 51 años, fue detenido por el OIJ en Bahía Ballena de Osa como sospechoso de usar el Internet wifi de un restaurante para descargar contenido de pornografía infantil.
“La posibilidad de acercarse a una persona que está participando en esa actividad requiere de un contacto virtual, ya sea por medio de un correo o algún software que permita hacerlo y la idea es que eso sea válido y luego que no nos provoque problemas de orden procesal, porque este tema es realmente muy serio”.
— “Cada vez más estamos atendiendo más casos de pornografía infantil, Costa Rica se ha convertido en un foco internacional de una temática tan desagradable como esa”, dijo Walter Espinoza, director del OIJ.
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Espinoza fue claro al decir que el OIJ solo puede actuar hasta donde la ley se lo permita, por lo que en muchos casos se ven muy limitados debido a que la legislación es muy antigua y no toma en cuenta los ciberdelitos ni cómo se desarrollan estos.
“Nosotros tenemos que acomodarnos y adecuarnos a las previsiones que la ley tiene y si no existen es sumamente riesgoso”.
Añadió que es importante que los legisladores tomen cartas en el asunto y hagan reformas que doten de más herramientas al OIJ, pues llegará un punto en el que los ciberdelitos serán el pan de cada día en el país.
Apoya solicitud
José Adalid Medrano, abogado especialista en derecho informático y ciberseguridad, coincidió con lo expuesto por Espinoza, señalando que la ciberdelincuencia organizada se ha ido profesionalizando, por lo que es necesario que el OIJ cuente con una estrategia para hacerle frente.
“En ese sentido, a las autoridades se les deben dar las herramientas necesarias para combatir a estos grupos criminales informáticos y realizar acciones de manera proactiva que permita la desarticulación de estas bandas. inclusive antes de que generen actos más dañinos.
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“Sin embargo, toda herramienta aprobada debe realizarse en el máximo respeto posible de los derechos fundamentales, por lo que este tipo de discusiones se requieren que pasen por el filtro constitucional”, explicó.
Medrano explicó que darle más herramientas al OIJ para el desarrollo de agentes encubiertos virtuales sería un gran aporte para el país. Además señaló que las autoridades podrían tomar como referencia a España, donde este tipo de diligencias se realizan con la autorización de un juez de la República.
“La figura del agente encubierto informático puede ser útil para luchar contra redes de crimen organizado informático como los de pornografía infantil, ransomware (bloquea los archivos o dispositivos del usuario y luego reclama un pago online), estafas informáticos y violación de datos personales, entre otras, por lo que debe discutirse su inclusión en nuestro Código Procesal Penal”, destacó Medrano.