Gustavo Brizuela Díaz y su esposa, Yessenia Brenes, son parte de los afectados por la cabeza de agua que causó estragos el viernes pasado en varias comunidades de Desamparados, Aserrí y Alajuelita.
Esa pareja vive en calle La Fusilera, en San Juan de Dios de Desamparados, cerquita de La Cruz Roja, y ha vivido seis días de zozobra al no saber qué hacer de ahora en adelante.
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En esa comunidad, el barro todavía le tapa los zapatos a los afectados, quienes aseguran que estos días han salido adelante gracias a la voluntad y el cariño de muchos vecinos que los están ayudando.
La casa de Gustavo está repleta de barro y agua. Él y su esposa lo perdieron todo, las paredes se agrietaron y la fuerza del agua que pasó por las tuberías y las taqueó de barro, también levantó los pisos de la casa como si hubiese ocurrido un terremoto.
Yessenia nos contó que cuando se dio la emergencia apenas tuvieron como cinco minutos para salir de la casa y ponerse a salvo.
“El agua entró no solo por detrás de la casa sino también por el frente, no nos dio tiempo de nada, todo lo que teníamos quedó sumergido. Yo cuando salí tenía el agua por el pecho, se nos ahogó un canario y el agua se llevó una pecera, fue tanta la furia del agua que hasta un tronco se metió debajo de la casa”, relató la afectada.
En el segundo piso de la casa viven los papás de ella, dos adultos mayores, que ya tampoco podrán vivir allí porque la segunda planta quedó falseada.
Ellos se siente desesperados pues aseguran que solo el Ministerio de Salud ha llegado a la casa, pero no saben si les van a ayudar y no tienen a dónde ir.
“Esta es nuestra casita y nosotros no queremos irnos, pero ya no podemos vivir aquí, los daños son irreparables y falta lo más fuerte del invierno, es una amenaza estar aquí, si nos quedamos no podríamos volver a dormir, nos tocaría sentir miedo cada vez que llueve”, dijo Brenes.
Gustavo es operador de maquinaria pesada y no ha podido ir a trabajar por la emergencia que vive y porque ni siquiera tiene pantalones, entre los vecinos le consiguieron algunas pantalonetas y camisetas.
La Teja realizó un recorrido este miércoles por la mañana por esa comunidad, donde la mayoría de las viviendas quedaron sin paredes, los pisos se levantaron, todos los mobiliarios quedaron inservibles y donde han faltado manos de ayuda para poder limpiar.
Doña Guiselle Ramírez vive ese barrio, pero su casa no se vio afectada, ella montó un centro de acopio para ayudarle a los vecinos y con mucho amor les prepara comida con las ayudas que reciben. Además, la Comisión de Seguridad de San Rafael Abajo también les está echando una mano.
Si usted quiere ayudar a Gustavo puede contactarlo al 8360-4320. También se pueden llevar donaciones al centro de acopio, ubicado 100 metros al sur y 25 este de la Cruz Roja de San Juan de Dios de Desamparados y también al salón comunal Fuentes Martínez, en barrio Valencia en San Rafael Abajo de Desamparados. En San Juan de Dios de Desamparados hay 193 personas afectadas.