Paola Amador Segura, de 31 años, la única sobreviviente del fatal accidente en avioneta que ocurrió en las montañas de Escazú, San José, permanece internada en el hospital San Juan de Dios y en este centro médico pudo ver a sus dos hijitas de 5 y de 4 años.
Pese a la condición de salud en la que se encuentra, pudo compartir de alguna manera con las pequeñitas.
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Además de las niñas, pudo estar con su pareja, el papá de las menores y otros familiares como sus papás y un abuelito.
“Cuando me dijeron que ella estaba bien, clamé a mi Dios, fue lo único, sentí que Él escuchó mi voz, creo en los milagros y Dios hizo el milagro sobre mi hija”, dijo Pablo Amador, papá de la muchacha en las afueras del centro médico.
“Paita”, como le dicen de cariño, también le expresó a su abuelito Gerardo Segura el agradecimiento de que llegaran a buscarlos, porque pasó mucho frío.
‘Abuelito vieras que frío, sentía que me iba a morir, era un frío que hacía ahí, si no llegan los primeros muchachos que me encontraron no amanezco’, recordó don Gerardo algunas de las palabras de su nieta, quien tenía los ojos llorosos al contar lo que vivió.