Con la promesa de regresar a El Llano de San Cristóbal en Medellín, Colombia, luego de alcanzar un mejor futuro en Costa Rica fue como se despidió Justin Ortiz Sánchez de su abuelita María Patricia Sánchez.
Para Justin alcanzar esa ilusión no fue del todo posible, por culpa de la violencia que se vive en Costa Rica.
El joven de 18 años se convirtió en una víctima inocente de la maldad, a él lo mataron en San Joaquín de Flores, Heredia cuando se acercó a ver un pleito ajeno y al parecer uno de los problemáticos lanzó una daga y esta impactó el pecho de Justin, que le provocó la muerte de manera inmediata.
Una daga es un arma blanca pequeñita, ancha y puntiaguada que parece una miniespada.
Doña María Patricia Sánchez describió en su Facebook el dolor que afronta al enterarase de la muerte de su nieto.
“No sabes el dolor que siento en mi alma, se me partió la vida en dos, no es justo que tu tan joven hayas partido tan pronto, me prometiste que volverías que no nos dejarías solas”, dice la dolida señora.
“Aún recuerdo tu mirada y los rizos que tenías cuando naciste, tus primeros pasos, mi niño inseparable, destino cruel que nos separó”, expresó su abuelita.
De acuerdo con el medio de comunicación H13N de Medellín, Justin era un joven fanático de la comida chatarra, de Atlético Nacional (equipo de fútbol de Medellín) y de las vagonetas.
Doña María Patricia Sánchez también le dijo a este medio de comunicación que buscaba otras oportunidades que no había encontrado en su tierra natal.
“Él se había ido por allá disque para buscarse un mejor futuro, llevarse a la mamá, porque por aquí estaba muy complicado para él, se fue con otros compañeritos, ya había sacado la patente (licencia) de moto, carro; ya aquí tenía la colombiana, pero aquí no le dio como resultado para desempeñarse en algo”, les contó.
Justin habría llegado a suelo costarricense desde noviembre del año pasado, para él significaba un país que le daría mayores logros.
Kelly Sánchez, prima del joven también le manifestó al medio paisa cómo recordaba a su familiar.
“Él, era una persona demasiado noble, que a todo el mundo ayudaba, no le importaba si tenía que recoger basura, lavar un carro, ayudarme a mí”, indicó.
La abuelita llamaba de cariño a su nieto “Canzoncito”, y ahora ellos se esfuerzan para recoger plata en Colombia y poder repatriar este fin de semana el cuerpo de Justin para despedirlo en su tierra.
Le agradecen que en los últimos ocho meses soñó con ayudar más a su familia y la promesa de ayudar en el quinceaños de su prima, así como regresar y formar un hogar con su novia.
Las autoridades costarricenses mantienen detenido a un hombre, que sería el conductor de un carro que supuestamente mantenía un pleito con un grupo de motociclistas que lo habían seguido, se desconocen las causas de ese problema; el conductor del carro habría sido quien lanzó la daga.
Justin tenía cédula de residencia con carácter de refugiado en Costa Rica.
Tres meses de prisión preventiva
La Fiscalía de San Joaquín de Flores en Heredia confirmó que el conductor del carro es de apellidos Palma Martínez.
A Palma le impusieron tres meses de prisión preventiva y lo investigan bajo el expediente 23-005301-0059-PE.
Ellos manejan otra versión de los hechos, señalan que hubo una colisión entre los vehículos que conducían el imputado y la víctima, cerca de un restaurante, en San Joaquín de Flores.
“Según el despacho, se presume que el imputado se bajó del auto y con un arma blanca hirió al ofendido, causándole la muerte en el sitio”, señalaron mediante un comunicado de prensa.
Otro caso
En Cartagena de Indias, Colombia, también lloran el homicidio de otro colombiano en Costa Rica. Se trata de Jonathan del Río Torres, de 31 años, a quien mataron la noche del pasado martes 23 de mayo de dos puñaladas en el pecho y varios golpes, en San Miguel de Desamparados.
La familia de Jonathan siempre le advirtió que percibían a Costa Rica como un país violento dado a la ola de crímenes que con frecuencia se enteran por medio de las noticias.
Hasta este 25 de julio, se contabilizan 497 homicidios en el país, una cifra muy triste para todos.