Una mujer de apellidos Mejía Carballo y un hombre apellidado Vargas Barrantes, ambos costarricenses y de 32 y 25 años respectivamente, fueron sentados en la silla de los acusados en los Tribunales de Diriamba en Nicaragua, como sospechosos de transportar droga.
El abogado Marlon Sáenz, defensor de Vargas, está haciendo todo lo posible para evitar que el tico enfrente el juicio.
El defensor alegó que el nacional tiene retardo mental, epilepsia, hiperactividad y déficit de atención, por lo que pidió que sea valorado por un psicólogo y un neurólogo.
A la audiencia llegó a declarar el médico y psiquiatra Edgar Salinas, del Instituto de Medicina Forense, quien aseguró que el muchacho tiene una alteración mental y que para procesar cualquier tipo de información lo hace de manera lenta. Su padecimiento lo convierte en una persona vulnerable.
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La jueza Ana Mercedes Ramos negó la petición del abogado de enviar al acusado a valoración psicológica y neurológica, pero exigió que fuese valorado en medicina legal.
El juicio continuará el lunes 22 de enero. Estos costarricenses fueron detenidos la tarde del jueves 1 de setiembre del año pasado en la comunidad de Diriamba, en el departamento de Carazo. Los agarraron cuando andaban en un carro con placas ticas y dentro del cual había cocaína.
Ambos detenidos son vecinos de Coronado. La Teja intentó conversar con los familiares de Vargas; sin embargo, no respondieron a las llamadas y mensajes.